AL TRASLUZ | EDUARDO AGUIRRE
Eres tu firma
DURANTE toda mi vida profesional he mantenido que la firma es el pilar sobre el que un periodista construye su trayectoria. Eres lo que afirmas, en cuanto va firmado por ti. El columnismo se hace con nombre y apellidos. Sin embargo, ahora, parece que algunos están redescubriendo los placeres de la escritura anónima en ciertos blogs locales. Durante el franquismo podía estar justificado el seudónimo o el anonimato; ahora no, salvo en localidades bajo la presión terrorista. Internet está permitiendo que cualquier cosa se pueda decir de cualquier persona, puesto que nadie se responsabiliza de ello. Pues bien, eso no es periodismo, ni literatura, ni siquiera libertad de expresión. Lo triste es que muchas veces intuyes que detrás de esas escritos anónimos hay personas conocidas, partidos concretos o estrategias de grupos. Por supuesto, creo en los medios de comunicación digitales, en el pluralismo de la información alternativa, pero todo esto nada tiene que ver con la injuria y con la envidia enfermiza que a veces te encuentras en tierra virtual. Aquello que opinas, si lo das a conocer, has de tener redaños para mantenerlo con tu firma, pues esta es tu aval. Internet sirve también para que los mediocres se crean grandes, porque les permite sacar el mister Hyde que no se atreven a mostrar en público. En pocos días, he tenido conocimiento de dos calumnias que circulan por blogs locales, una relacionada con una contratación laboral, que ha sido hecha con todas las garantías, y otra sobre uno de nuestros mejores y más íntegros artistas. La Red es así, se me podrá argumentar. No. La Red es lo que cada uno de nosotros haga de ella. Por ello, inquieta, por no decir que aterra, los complejos ocultos que a diario irrumpen amparados por el anonimato. Eres tu firma.