La opinión del lector
La Magdalena de Ciguera La Magdalena es una imagen que ha estado desde 1906 en la iglesia de mi pueblo, Ciguera, y que ha sido admirada, cuidada y reconocida como se merece. Si bien en el pueblo sabíamos de su valor, no esperábamos que tal polvareda se levantara alrededor de la imagen, habida cuenta que el señor cura párroco (sabiendo el valor de dicha imagen, ya que es un gran experto en arte) nos habló de la conveniencia de su restauración y se ocupó también de conseguir los fondos necesarios para ello.
Nuestra sorpresa y posterior indignación proviene de que parece que ahora todo el mundo se echa las manos a la cabeza por cómo en este pueblo ha podido dejarse olvidada una obra de arte de tal valor, que partió allá por los comienzos del siglo pasado como una «emigrante» ya que estorbaba a no se qué prelado amante de otra modernidad para la Catedral.
La periodista que llama a Ciguera «un pueblo cerca de Riaño donde viven apenas cinco personas» deberá saber que no somos apenas cinco sino muchas más las que amamos, cuidamos y veneramos nuestro pueblo y nuestra iglesia, ya que forma parte de nuestra vida, creencias y raíces.Todos los habitantes del pueblo, tanto los que viven habitualmente como los que por circunstancias de trabajo, etc., vivimos en otros lugares pero venimos asiduamente a nuestras casas, mostramos nuestro descontento y firme oposición a lo que consideramos un expolio y un abuso por parte de quienes, en principio, ignoraban la existencia de dicha imagen y, en segundo lugar, no han tenido en cuenta en ningún momento que durante más de un siglo la Magdalena ha estado en la pequeña iglesia de Ciguera sin que nada ni nadie la deteriorase. La imagen debe volver a Ciguera, donde ha vivido entre todos nosotros con el cariño y dedicación que siempre hemos mostrado hacia nuestra iglesia. La Curia leonesa, si tiene tanto interés en ella, bien puede declararla de interés patrimonial, lo mismo que otros monumentos del entorno son visitados a menudo por su belleza arquitectónica. Así, todo el que lo desee podrá admirarla en el altar donde siempre ha tenido su sitio.
Conchi Blanco Pérez (Hendaya, Francia).