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la opinión del lector

Carla Bruni y los demás

Publicado por
Jose-Tomás Cruz Varela (León)
León

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Negarle a Carla Bruni el papel de protagonista en su reciente viaje a España acompañada de su marido, sería absurdo. Posee una sofisticada y envidiable naturalidad de la que la princesa Letizia, sin desmerecer su correcta actuación, carece. Maneja la espontaneidad e improvisación gestual de forma especial, y el caso, es que todo está estudiado hasta el último detalle. En conjunto, goza y emana un atractivo único que no pasa desapercibido. Con respecto a nuestra princesa, es una inmerecida tortura el tener que aparecer en todos los actos públicos, con unas espantosas plataformas de «drag queen» y tacones de vértigo que distorsionan su figura. Pretender competir con el casi metro ochenta de Carla Bruni a base de esos editamentos es una majadería. Tildar, como ha escrito cierta periodista, de ostentosa y cursi a la ex-modelo francesa, resulta una puerilidad infumable. Nuestras vecinas galas podrán ser acusadas de todo lo que se nos ocurra, pero negarles su peculiar estilo, sería faltar a la verdad o carecer de gusto.  Como prueba, ahí están los ríos de tinta vertidos sobre el aspecto, elegancia, piernas, cintura, etcétera de la primera dama francesa. Según los mentideros, han sido legión los que movieron sus mejores influencias entre políticos, empresarios, banqueros y hasta periodistas por lograr una invitación a los actos protocolarios con la presencia de los Sarkozy. Si se preguntara a los ciudadanos cual ha sido el motivo de la presencia del presidente francés en España, una gran mayoría manifestaría que lo ignora, si bien añadirían que tiene una mujer bellísima y algún que otro calificativo... Un periódico de gran tirada nacional publicó los resultados sobre una encuesta realizada a través de Internet sobre el glamur de la princesa Letizia y Carla Bruni. De los 18.697 encuestados, el 63% votó a favor de la francesa y el 37% restante fue para la princesa española. En cuanto a la presunta austeridad y continuada ausencia de Sonsoles Espinosa, esposa del presidente Zapatero, en los actos oficiales, son muchos los españoles que se preguntan si dicha «postura» corresponde a una convicción interior u obedece a un «no saber estar», temor al ridículo o no encontrarse a la altura de las circunstancias. El evitar ciertas presencias obligatorias que algunos periodistas equivocadamente ensalzan, no es de recibo. Se pueden o no compartir preferencias sobre el protocolo, pero con independencia de sus incomodidades, hay que cumplirlo, y Sonsoles, en sus escasas apariciones, da la sensación de encontrarse incómoda y ausente. Esa inclinación tendente a que disfruta ocupando un segundo plano, carece de justificación. Sobre el mandatario francés, comete errores como cualquiera, pero nadie le puede negar que defiende sus ideas sin complejos y no se arruga ante la presunta superioridad moral de la izquierda a la que se enfrenta sin demagogias. En Francia, con una tasa de desempleo la mitad de la española, los sindicatos ya han organizado varios paros generales con resultado de fracaso. Se puede estar de acuerdo o discrepar con su programa político pero nadie le niega seguridad, eficacia y rigor; cualidades que dicen mucho en su favor y la mayoría de los franceses confían en él. De cualquier forma, conviene recordar que Sarkozy no le debe a Carla Bruni el haber llegado hasta El Eliseo aunque le acompaña muy bien...