Diario de León

TRIBUNA | JOSÉ LUIS GARCÍA LORENZO | GEÓGRAFO

Energía eólica en León

El avance tecnológico permite en la actualidad elegir ubicaciones con menos viento que en el pasado (...) Es necesario cambiar el paso, modificar el mapa eólico provincial y preservar las zonas con m

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León

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LA ENERGÍA EÓLICA se ha convertido, en los últimos tiempos, en una de los sistemas de producción eléctrica más relevantes, algo que muy pocos podrían haber asegurado hace pocos años. En este sentido, hay que reconocer el papel que han jugado organizaciones como Greenpeace, que han defendido seriamente -"y cuando apenas nadie hablaba de ello-" la sustitución de sistemas de producción sucios y contaminantes por energías limpias y renovables.

Esta apuesta por sistemas que utilizan fuentes inagotables frente al sistema energético actual no es gratuita: la quema de combustibles fósiles es principal responsable de las emisiones de CO2 a la atmósfera y, por tanto, contribuye notablemente al cambio climático. El uso de renovables, combinado con medidas de ahorro y eficiencia, es imprescindible para asegurar nuestro futuro en este planeta.

En nuestro país, el crecimiento de las energías renovables ha sido importante, y en la actualidad genera el 20% de la electricidad consumida. En el año 2008, el 11% de la electricidad producida lo fue mediante energía eólica. Y es que España se ha convertido en un referente a nivel internacional, siendo el sector eólico uno de los más innovadores y que más proyección está dándonos fuera de nuestras fronteras: cuenta con 700 empresas, presentes en 25 países, y da empleo a casi 38.000 personas (datos del IDAE). En el caso de nuestra provincia, la implantación de plantas de fabricación de elementos eólicos ha demostrado que es un sector generador de puestos de trabajo y con futuro.

Según la APECYL (asociación de promotores de energía eólica de Castilla y León), a principios de año había en funcionamiento en nuestra provincia 9 parques eólicos, 5 en construcción y 16 con autorización administrativa. Para hacernos una idea gráfica, la construcción de todos estos parques supondría alrededor de 564 aerogeneradores funcionando en nuestra provincia (en la actualidad hay 180).

¿Un futuro boyante? Veamos. Varios de estos parques se sitúan dentro o en el límite de territorios de un alto valor ambiental, protegidos por la normativa comunitaria, y/o con especies en peligro de extinción (ca be decir que, de hecho, algunos de los espacios pertenecientes a la Red Natura 2000 fueron diseñados atendiendo a los límites marcados por los proyectos eólicos, lo que supone un fraude de ley). Así sucede con la mayoría de los proyectados en Omaña, que afecta a la población de urogallo -"y muchas otras especies-", o los previstos en el área de Cuevas de Viñayo y Barrios de Gordón, también dentro parcialmente de un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). No hay que olvidar que un parque eólico implica la construcción de pistas para el acceso al mismo, tendidos de evacuación, y la instalación de aerogeneradores de cada vez mayor altura que puede suponer en algunos casos una intrusión visual relevante, especialmente cuando afecta a zonas de alto valor paisajístico.

La tramitación, además, adolece de serios defectos, siendo el más grave la fragmentación de parques eólicos en diferentes proyectos, que permite recibir determinadas subvenciones pero imposibilita conocer el impacto real que generan en el territorio. Esta fragmentación se produce también entre los distintos elementos del parque eólico, siendo habitual analizar el impacto del mismo sin tener en cuenta la línea de evacuación eléctrica. Nos encontramos, de este modo, con parques eólicos aprobados sin que la línea de evacuación haya sido autorizada, ni siquiera proyectada.

El avance tecnológico permite en la actualidad elegir ubicaciones con menos viento que en el pasado. Así, mientras que hace siete años se veía imprescindible elegir las cotas más elevadas para captar las mayores intensidades de viento (Omaña, Montaña Central), en estos momentos es posible disponer de parques que generen electricidad en cotas bajas o medias, por lo que no cabe exigir sacrificios destruyendo áreas de alto valor ambiental para generar electricidad con el viento.

Es necesario cambiar el paso, modificar el mapa eólico provincial y preservar las zonas con mayor valor natural, entre otras cosas para no perder el tiempo: es muy probable que los tribunales y las directrices comunitarias sigan frenando, como ya ha sucedido, algunos de los parques eólicos proyectados más antiguos, situados en zonas frágiles, lo que no generará más que perjuicios a las empresas y retrasos en la implantación, necesaria, de energías limpias en nuestra provincia. Somos muchos los que apostamos por un futuro basado en la generación de electricidad mediante renovables, pero el camino que se ha elegido en León no es el adecuado.

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