AQUÍ Y AHORA | ANA GIL
Vuelva usted mañana
EL TÍTULO de la célebre obra de Mariano José de Larra vuelve a estar de plena actualidad. Y, si no, que se lo digan a los cientos, a los miles de empresarios que tienen que escuchar esto mismo (o algo parecido, porque los recursos en estos tiempos son infinitos) cuando llega la hora de cobrar.
Con la dichosa crisis eso de «no tengo para pagar» está en boca de muchos que se han encontrado, no sé si sin querer, con el agua al cuello. Y punto. Aparte de eso, nada. Con esas cuatro palabras parece que ya está todo dicho. Y el que tenía pensado cobrar se queda con cara de pasmado, pensando «¿Y... qué más?, ¿Cuándo voy a cobrar? ¿Qué pasa con las facturas que tengo que pagar? ¿Y con los sueldos de mis empleados?». Pues allá se las apañe usted como pueda, porque con el «no hay dinero» ya es suficiente. O al menos eso piensan muchos. Y lo dicen sin despeinarse. Como mucho te dan una palmadita en la espalda y añaden aquello de «vuelva usted mañana, a ver si hay más suerte»
Eso si, encima, los que se quedan sin cobrar tienen que decir -”contentos-” que «no me pagan, pero me lo han dicho de muy buenas maneras. Un hombre muy educado, oye». Vaya, encima hay que dar las gracias y, de paso, invitarles a comer. Y en un sitio bueno, que no hay que dejar que decaiga el estatus.
Así que, ante tanta impunidad, parece que lo que les queda a los propietarios de muchas pymes (el verdadero motor de nuestra maltrecha economía, no lo olvidemos) es darse de cabezazos contra la pared. O tirarse directamente a la bebida para olvidar una situación lamentable y un abandono vergonzoso de las pequeñas y medianas empresas. Por mucho que digan las administraciones, la realidad es esta. Así de crudo. Los de abajo son los últimos.
Y lo peor es que viendo el panorama que se nos presenta, esto no tiene mucha pinta de acabar con un final feliz. Así que habrá que inventarlo. Pero mejor no darse a la bebida en alguna barra...para no dejarles la «receta» a otros y largarnos sin pagar.