EN POCAS PALABRAS
Con padre y madre
LA ENTRADA en vigor en 2011 del permiso de paternidad de cuatro semanas constituye un paso adelante en la aplicación de la Ley de Igualdad, al acelerar la puesta en marcha de una medida que debe contribuir, sin duda, a una mejor conciliación de la vida personal y laboral y a la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos desde su más temprana edad. Pero es evidente, no obstante, que el avance que supone esta iniciativa va por detrás de los cambios sociales que han hecho que muchos hombres hayan asumido ya el papel de padres de manera equiparable al compromiso de las madres. En este sentido, la ampliación de la licencia de paternidad se ajustará con retraso a las nuevas necesidades y demandas familiares. Aunque el reconocimiento legal de ese derecho permitirá remover la renuencia aún presente en empresarios y trabajadores ante un permiso que, según los resabios machistas, sólo debería otorgarse a las madres.