Crisis... pero ¿hasta cuándo?

Está claro que estamos en un periodo de crisis, pero al parecer está partida en dos, que es la económica. Y la psicológica. Quizás la calidad de vida de los últimos años ha subido mucho más que nuestro poder adquisitivo. La base de la economía española fue la construcción y el turismo, seguido por la pequeña industria. En el sector de la construcción se ha construido muy deprisa, casi al límite, y eso no dura toda la vida. Los excesos de producción dan mucho trabajo a corto plazo, pero cuando baja la demanda destruye el doble de empleo a largo plazo. Además las condiciones de trabajo son más precarias y los agentes sociales están casi desaparecidos, y eso influye también en la crisis, dado que al tener menos poder adquisitivo no se puede consumir. Se ha tirado de largo, los bancos han abierto demasiado las puertas y ahora prácticamente las tienen cerradas, ahora tienen un 50% de morosidad. Han dado dinero a quien no podía devolverlo y ahora tienen un patrimonio tan grande como la Iglesia Católica, se han convertido en financieras e inmobiliarias. Se cerraron en banda y no conceden créditos; antes te quitaban un pagaré de las manos para negociarlo y ahora no lo quieren ni en pintura, con lo cual la pequeña empresa se ve en un serio apuro. Algunas se ven obligadas a cerrar y las grandes empresas que en cierto modo también viven de las pequeñas se ven obligadas a la regulación de empleo. Esto es como la pescadilla que se muerde la cola, nosotros no consumimos tanto, el comercio vende menos, el almacén no distribuye tanto, al haber menos demanda, la fabrica baja la producción y no necesita tanta mano de obra. Además nadie quiere tener stock. Han salido perjudicadas las grandes marcas, ahora lo que preocupa al consumidor es el producto en sí y el precio que tiene; ya no mira la marca y de hecho ahí estás el aumento en la venta de marcas blancas. Hay cosas que no acabo de entender; los bancos nos piden que ahorremos, pero ¿cómo vamos ahorrar si no ganamos lo suficiente?. El Gobierno nos pide que gastemos, pero ¿cómo vamos a gastar si no tenemos?. Paradojas de la vida: antes se le llamaba pobre al obrero; ahora sólo por el hecho de tener trabajo ya es rico. Antes algunos niños nacían con un pan debajo del brazo, ahora nacen con una hipoteca. Y me pregunto: ¿deberíamos quizá haber leído más a fondo el famoso cuento de la lechera? Por ultimo como anécdota voy a contar sobre una encuesta hecha hace algunos años a españoles y alemanes.La pregunta era qué opinaban los españoles de Alemania y los alemanes de España. Casi todos los españoles decían que en Alemania mucha tecnología e industria, y los alemanes coincidían que en España mucho sol. Y digo yo: ¿acaso es nuestro el sol? Pues a ver si hace buen tiempo porque en ello se nos va parte de la economía.