Ladrones de cuerpos

Llegué a una bonita ciudad de la comunidad autónoma de Castilla León tras el agotamiento de una larga oposición de dibujo artístico y color, donde la competitividad se mascaba en el aire mezclado con polvo de carboncillo. Ilusionada por la perspectiva de un contrato laboral para ejercer la docencia en la Escuela de Arte. Inocente interina en paro a la que se le ofrece un trabajo que por supuesto es aceptado. Asumiendo el cambio de vida y hogar, aceptando con agrado las consecuencias que esto supondría, me veo envuelta —a mi llegada— entre la necesidad de la oferta y el deseo perverso de los profesores de la ciudad. Con una simple llamada, la administración intenta disuadirme para que abandone el puesto adjudicado por derecho de listado, con la finalidad de ofertarlo a los funcionarios de otro cuerpo, y otra asignatura, como si de magia se tratara, pues no hay procedimiento legal que lo ampare. Las escuelas de arte son centros de enseñanza especializados en formación artística, adecuados a las necesidades de la empresa y del mercado, exigiéndose conocimientos específicos tanto a alumnos como a profesores, quienes deben superar diferentes procedimientos selectivos para su acceso. Lugares idílicos donde los alumnos más creativos pueden desarrollar sus capacidades artísticas. Lugares que los docentes de dibujo del cuerpo de secundaria desean, como si de una invasión se tratara al estilo de la película de ciencia ficción de Don Siegel, para ocupar una asignatura distinta a la de su cuerpo de procedencia. Situación propiciada ilegalmente, por la administración y algún sindicato, deseosos de favorecer a funcionarios amigos o familiares. Creando con ello una situación conflictiva entre funcionarios de Artes Plásticas y Diseño y funcionarios de institutos de enseñanza secundaria. Irregularidades reconocidas como tal por políticos y asesores de la administración central pero que son obviadas y ejecutadas con sigilo desde las delegaciones de educación provinciales sin impunidad alguna. «La invasión de los ladrones de cuerpos» película de 1956 cuyo director, cuenta con imágenes terroríficas en blanco y negro, nos muestra como los extraterrestres quieren reemplazar a la raza humana por copias carentes de todo sentimiento y sin rasgos definidos. Una invasión implacable e invisible. Símil de la situación que viviremos los interinos de Dibujo Artístico y Color y otras especialidades en los cursos venideros, si no le ponemos freno.