Cerrar

Victoriano Crémer, la caída de un monolito

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

La brújula | Fabián estapé

Todo León y su alfoz cultural acaban de sufrir una pérdida que, no por ser desgraciadamente esperada y temida -”esos 102 años pesaban ya mucho-” ha sido menos dolorosa e irreparable. El milenario tejido histórico de León, forjado en este solar, vieja encrucijada de caminos, como una amalgama de saberes traídos al paso de peregrinos y caminantes de otras tierras se ha visto horadado el pasado día 27 de junio con la noticia de la muerte del poeta, escritor y periodista Victoriano Crémer. León se ha quedado sin cronista oficial, se ha quedado mudo el devenir diario de sus calles y plazas-”sin su voz más reivindicativa-”; pero también privada de uno de sus vecinos más respetados, trabajadores, y artistas, no en vano condecorado con la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo en el 2007 y con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en el 2009. Bien es cierto que la abundantísima cosecha de perspicacia derramada por este burgalo-leonés no pueden confundirse con el otrora blasón del ingenio que gastó sin tasa Ortega y Gasset de forma arriesgada y valiente como cuando asaeteó desde las páginas de El Sol a la opinión pública escribiendo el 15 de noviembre de 1930: «Delenda est Monarchia»; y que tampoco en el carcaj de Crémer se encuentran dicterios dogmáticos como los de Unamuno («Miremos más que somos padres de nuestro porvenir que no hijos de nuestro pasado») o los lapidarios de Baroja («un escritor con mucha miga» , según palabras de Rubén Darío) que cuando le presentaron en Pamplona el diario El Pensamiento Navarro , mirando la cabecera dicen que exclamó: «¿Pensamiento y navarro? No puede ser»; pero no es menos cierto que Victoriano Crémer deja con su desaparición una profunda sensación de orfandad intelectual, pues era la enseña crítica que enarbolaba el sentir de los leoneses. Nunca nadie esperó ramalazos ni múltiples oscilaciones en sus obras de este hombre de temperamento fuerte pero, a la vez, delicado, de un escritor dispuesto siempre a cosechar la flor del verbo castellano sin ambages. En el día de hoy y también en los que le precederán, en memoria de Victoriano Crémer, se cosecharán miles y miles de frutos literarios emanados tanto desde las más altas esferas de la cultura como desde a pie de calle, de los miles de lectores que, a diario, tenían sus artículos. Sin duda, una pluma del calibre de la de Crémer, ha abierto una senda para todos aquellos escritores leoneses de nacimiento o de querencia que quieran, a través de la palabra, ser la espadaña de esta tierra. Incluso un recién llegado a León como me considero, debe recordar a Victoriano Crémer diciendo con toda humildad: «Gracias, maestro».

Cargando contenidos...