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León

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La veleta | José M. de Areilza Carvajal

Cátedra Jean Monnet-Instituto de Empresa.

E l Parlamento Europeo eligió al polaco Jerzy Buzek presidente por abrumadora mayoría. Se trata de la primera vez que el puesto más importante de la Cámara de Estrasburgo es ocupado por un ciudadano de Europa del Este. Este antiguo primer ministro de centro-derecha fue miembro del sindicato ilegal «Solidaridad» en los tiempos difíciles y su elección nos recuerda que sólo hace 20 años que cayó el Muro de Berlín. Para la sesión plenaria de septiembre queda la reelección del presidente de la Comisión, el diplomático portugués Jose Manuel Durao Barroso, nominado por todos los gobiernos pero todavía sin el conveniente apoyo de los socialistas en el Parlamento Europeo.

La probable entrada en vigor en otoño del Tratado de Lisboa, si alemanes, polacos, checos e irlandeses lo permiten, obligará además a nombrar un presidente del Consejo Europeo con rango de Jefe de Estado y una cierta permanencia (entre dos años y medio y cinco).

Y también un Alto Representante para la política exterior y de seguridad con poderes reforzados frente a los que tiene en la actualidad Javier Solana: será, nada menos, que vicepresidente de la Comisión, presidente del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y dirigirá el nuevo servicio diplomático europeo.

En el reparto de los cuatro puestos europeos principales influyen criterios diversos como la nacionalidad, la igualdad hombre-mujer y también naturalmente la adscripción ideológica. Es decir, con la elección de Buzek es difícil que otro europeo del Este tenga posibilidades en esta legislatura de dirigir el Consejo Europeo o ser Alto Representante.

Al menos una mujer ocupará uno de estos dos puestos y es muy posible que además se busque un cierto equilibrio ideológico entre centro-derecha y centro-izquierda a la hora de hacer estas designaciones. Por ahora no hay candidatos españoles -Javier Solana se retira tras diez años de trabajo muy intenso y Felipe González no parece decidido a intentar ser el primer presidente del reforzado Consejo Europeo, a pesar de que Tony Blair ha sido vetado por Nicolas Sarkozy y no hay muchos otros «pesos pesados» que pudiesen aspirar a este puesto-.

El baile de puestos está dificultando la labor de la presidencia semestral sueca de la Unión europea y la sensación en Bruselas es de un cierto desgobierno en medio de muchas incertidumbres económicas.