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La veleta | Gustavo Barba | Vicedecano del Colegio Oficial de Pilotos

Compromiso de seguridad

Publicado por
León

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El hecho de que cuatro accidentes aéreos ocurran en apenas dos meses no debería ser algo sorprendente. Ya en 1997 la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) predijo, tras el estudio estadístico de siniestralidad y crecimiento del tráfico aéreo, que llegaríamos en 10 años a tener un gran accidente en el mundo cada semana. La asimetría en la seguridad aeronáutica mundial continúa existiendo: no todos los países ni aerolíneas cuentan con los mismos niveles de seguridad. Sin embargo, en todos, antes o después, de forma más o menos grave, siguen ocurriendo accidentes aéreos. A pesar de que el mayor número de operaciones ocurren en los países avanzados, el coeficiente de siniestralidad es mayor en los países del tercer mundo. No obstante, que se produzcan grandes accidentes en el primer mundo tiene que hacernos reaccionar. Hay que mejorar urgentemente los planes nacionales de seguridad aérea e implementar los sistemas de gestión de seguridad, aunque muchos países, incluida España, aún no lo han hecho. Los gobiernos tienen que dotar de recursos a sus agencias de seguridad aeronáuticas para que éstas puedan trabajar preventivamente en seguridad aérea, pues la seguridad no es gratis. Considerar que en estos momentos de crisis se puede ahorrar en este terreno como un factor paliativo frente al entorno económico es un grave error que pueden terminar pagando muchos pasajeros con sus vidas. Probablemente, los factores que han contribuido en los últimos accidentes han estado presentes en los distintos Estados, aerolíneas y fabricantes mucho tiempo antes de que ocurrieran. Probablemente, incluso hubo incidentes relacionados que nos advertían de que estábamos en la antesala de una catástrofe; pero por desgracia no se hizo lo suficiente. El factor humano está emergiendo como una tendencia preocupante en los accidentes aéreos y elementos como la fatiga, sistemas de vuelo complejos y normas y formación poco coherentes suponen nuevos desafíos para la aviación comercial. Los pilotos seguimos volando día tras día, en nuestras manos se encuentra la seguridad de millones de pasajeros y llevamos mucho tiempo solicitando que se dediquen más recursos para mejorar la seguridad aérea. Cada vez que ocurre un accidente escuchamos muchos discursos políticos de compromiso, pero cuando escarbamos es muy difícil encontrar algo real detrás de esas palabras.