A las monjas de la Divina Pastora de Benavides

En este mundo, todo cambia o se acaba, lo sabemos y lo asumimos, pero hay casos en los que no podemos evitar que nos produzca una gran tristeza a la vez que nos invada la nostalgia. Es el caso del colegio Divina Pastora de Benavides, que después de tantos años de docencia, en los que se han educado varias generaciones, cesa su exitosa labor educativa en Benavides de Órbigo. Vuestra tarea ha sido difícil y muy hermosa al mismo tiempo, año tras año, con alumnos que vienen y que van, pero, que se alejan con una impronta grabada en sus mentes para siempre. Dicen que la enseñanza que deja huella es la que se hace de corazón a corazón, y la vuestra lo ha sido. François Fénelon, nos recordaba en el siglo XVII, «que nada sabéis si solo sabéis mandar, reprender y corregir, todo lo sabréis si sabéis haceros amar». Y eso también lo hicisteis muy bien, porque todos los alumnos os han querido y os siguen queriendo. Por todo esto y mucho más, los que hemos sido en algún momento vuestros alumnos, y seguro que la mayoría de vecinos de Benavides, por no decir todos, queremos que sepáis que tenéis para siempre un hueco en nuestros corazones, en los que cabéis todas sin excepción. Esperamos veros disfrutar de vuestra merecida jubilación entre nosotros, porque, Benavides os quiere.