No la dejes correr
Aquí te espero CAMiNO GaLLEGO
El pasado día 15 de julio se publicaba en este periódico una información sobre el deficiente estado de las fuentes públicas, acosadas por el vandalismo juvenil, que las ha dejado destrozadas, especialmente después de las fiestas de San Juan.
El problema en sí son varios unidos. Por una parte, hay vandalismo juvenil que no se ataja, la prueba está en todo el mobiliario urbano, amén de las paredes y fachadas de cualquier calle, y las fuentes no iban a ser menos. Se trata también de un problema de seguridad ciudadana, o mejor dicho de inseguridad, porque los vándalos campan a sus anchas y si quien los ve les dice algo puede poner en peligro su integridad física.
Por otra parte es un problema de que quien está encargado de velar por la limpieza y cuidado de las fuentes no hace bien su trabajo. Y no lo hace reiteradamente, porque no es una fuente sino muchas las que están deterioradas.
En tercer lugar es un problema de abastecimiento. En el siglo XXI no se puede dejar que las fuentes sigan corriendo día y noche, porque el agua es un elemento no renovable, que se acaba. Y así, mientras en las fuentes ornamentales puede haber un circuito cerrado para que siempre se utilice la misma agua, en las fuentes de beber es imprescindible colocar un grifo para que se puedan cerrar y no se malgaste. Y aunque son muchas las que ya tienen ese mecanismo de girar o apretar, hay otras que todavía no disponen de él. Aunque sean pozos artesianos no hay que gastar su caudal sin motivo. El agua es un líquido precioso que debemos controlar y cuanto antes nos concienciemos de ello, mejor será para el futuro de la ciudad, de la provincia y del Planeta en definitiva. Agua que no has de beber, no la dejes correr.