Estorbo diplomático
La veleta | David Mathieson
A l final de unas de las intensas reuniones celebradas en la primavera de 2003 por George Bush y Tony Blair sobre la invasión de Irak, el presidente estadounidense pidió unos momentos en privado con el primer ministro británico para despachar sobre otro tema. «Es que José María (A znar) me ha pedido que hablara contigo sobre Gibraltar», le dijo Bush a Blair. «¿De qué se trata?». «No quieras saberlo, George, ¡no te metas!», le respondió el dirigente laborista.
El estorbo diplomático que representa el Peñón casi no tiene parangón en Europa. En cierta ocasión, cuando trabajaba en el Foreign Office, entré en el despacho de uno de los ministros y lo vi leyendo un documento de su carpeta marcado con la leyenda -˜Gibraltar-™. Era una copia del Tratado de Utrecht. Pocas veces los ministros tienen tiempo de leer la letra pequeña de los documentos que pasan por su despacho y menos aún los acuerdos del siglo XVIII. Cuando le pregunté al ministro que por qué lo hacía, me contestó que quería ir al grano de un problema que ocupaba tanto tiempo y tantos recursos de su departamento.
El Gobierno de Gibraltar sospecha que para muchos de los políticos y diplomáticos de Londres la Roca constituye una molestia y que les gustaría deshacerse de ella. A lo mejor tienen razón, porque existe una relación inversa entre el Peñón y la cantidad de recursos que consume. Entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Foreign Office hay decenas de diplomáticos que no trabajan en otra cosa, y algunos de ellos son de muy alto rango. Recientemente, el jefe de los diplomáticos españoles dedicados a la cuestión gibraltareña (en el Peñón viven 28.000 personas) fue trasladado, con la misma categoría, a un puesto en la ONU donde representa a España ante unos 200 países. ¿Realmente existe una equivalencia entre los dos desempeños?
Con todo, hay algunos avances a la vista. España se queja de que Gibraltar es una plaza financiera que se utiliza para canalizar dinero negro, algo muy probable dado que hay más empresas registradas en la Roca que personas empadronadas. Pero después de las últimas cumbres del G-20, sus miembros han acordado realizar un esfuerzo coordinado e internacional para eliminar paraísos fiscales como la propia Gibraltar, Andorra o Liechtenstein.
Y el proceso de diálogo trilateral ha dado lugar a nuevas áreas de trabajo y a algunos acuerdos sobre temas importantes como el medio ambiente, la educ ación y la seguridad