Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Mar de fondo | carmen tapia

Voy a utilizar el mes de descanso para hacer limpieza. Voy a coger el plumero y la aspiradora. Utilizaré mascarilla para que el polvo que levante a golpe de gamuza no me corte la respiración. Voy a deshacerme de todo lo prescindible, que he ido acumulando incoscientemente durante todo el año y que me impide moverme con libertad. Esta tarea, para la que no podré recibir ayuda, me llevará días, será dura y en ocasiones dolorosa. Mi objetivo es sacarle brillo a mis pensamientos positivos y echaré por el desagüe del inodoro las nubes que, como en este verano atípico, han descargado sus aguaceros para intentar retenerme en una pecera. Mi objetivo es evitar que fosilicen equipajes de larga duración. «Hay que atender no sólo a lo que cada cual dice, sino lo que siente y el motivo por el que lo siente» argumentó Marco Tulio Cicerón. A veces la vida te coloca en territorios difíciles de transitar, en la que afloran sentimientos que no identificamos o malinterpretamos. Agosto puede ser un buen mes para la reflexión sobre el mundo de las emociones, un campo minado complicado de explorar cuando nos acercamos al mundo interior.

Llevo varios días equipándome para la tarea y reconozco mis reticencias para adentrarme en este terreno resbaladizo. He abierto la puerta con sigilo para asomarme clandestinamente y comprobar el estado de la estancia en la que me emplearé a fondo a partir de mañana. He reconocido los paquetes que he ido guardando, la mayoría sin abrir, por miedo a destapar la caja de pandora. Ahora es el momento para escudriñar los contenidos postergados, que no olvidados. Septiembre es el mes de los propósitos de cambio o de consolidaración de los objetivos, el de las fuerzas renovadas. Los sindicatos ya lo ha anunciado como «caliente» y ante ese calificativo sólo queda esperar su definición. A ese septiembre, como al olmo de Machado, algunas hojas verdes le saldrán.