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León

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Crónicas bercianas | r. arias

U na semana después de que el Consejo de Ministros aprobase la creación de un almacén estratégico en Hunosa para paliar el cierre de Endesa en el Bierzo al carbón nacional excedentario, aún no hay dios que sepa en qué consiste la solución. Sobre todo porque lo que se estaba urgiendo desde todos los ángulos era la recuperación del incentivo para que las eléctricas hagan competitivo el mineral autóctono a la hora de generar la energía. Hay quién ya ha manifestado que el que ideó lo del almacenamiento en Hunosa debía ser un alto burócrata del Ministerio de Industria que tenía el yate calentando ya motores en el pantalán de la Castellana. Y desde luego la medida tiene toda la pinta de la típica ocurrencia que prolifera en época estival y que suele llenar los periódicos de morralla entretenida al lado de las serpientes de verano. Si no fuera por lo grave que resulta la pérdida de competitividad del carbón local, con la demanda de energía industrial por los suelos, yo creo que lo que habría que proponer al ministro es que negociase con el Ayuntamiento de Ponferrada el restablecimiento de aquella montaña de carbón que durante casi un siglo se cargó la imagen de la ciudad.

Al gobierno Riesco, que pena para administrar la crisis -”la abundancia es fácil-” muy mal acostumbrado a la más nimia queja vecinal por justa que sea, le vendrían bien unos cuartos por apilar las antracitas que en poco tiempo no van a saber donde meter ni Victorino Alonso ni Viloria. Y si la situación no fuera tan preocupante, digo, luego el Ayuntamiento podría encargarle otra vez a Victorino que retirase la montaña bis por otros cuantos milloncejos del ala. Eso sí que sería generar riqueza en espiral, y además el PSOE local podría volver a enredarse en sus onanistas y obsesivos procesos judiciales para tratar de demostrar por fin a todos los ciudadanos que la eliminación de la montaña negra resultó un error histórico.

Ocurrencia, por cierto, en su sentido jocoso, la de la nueva ejecutiva socialista que el pasado lunes convocó a los medios y dejó a los becarios in albis y sin declaraciones porque según adujeron sus «líderes», a falta de ideas sobre por dónde tirar lo único que podían ofrecer era la foto de familia. Hay quien sostiene que en el PSOE ponferradino el problema es de «familias». Craso error. El problema es que tras López Gavela resultaría más fácil extraer una tonelada de oro de un feje de paja que hallar una onza de carisma y talento entre todos los candidatos y dirigentes que le han sucedido. Lo del incentivo al carbón lo soluciona ZP en Rodiezmo, lo del PSOE local, pese a los Vega o Regueiro, vuelve a tener mala pinta.