La vuelta
La veleta | charo zarzalejos
L a tradicional foto de los Reyes con el Presidente del Gobierno y su mujer en Palma de Mallorca es el símbolo de la vuelta oficial a lo cotidiano. Se ha acabado el descanso y ya verán cómo en estos días nadie nos libra de escuchar más de una teoría sobre el stress postvacacional, que afecta, cómo es lógico, no a los que no han podido salir por falta de dinero o de salud, ni a los parados. No, este nuevo síndrome, afecta a los que han salido a descansar y a la vuelta tienen un puesto de trabajo. Con síndrome o sin él, la realidad se impone y aquí están, estamos todos, a la expectativa de lo que nos va deparar el futuro más inmediato en lo que a situación económica y política se refiere. Empezando por lo primero, que es lo más importante y desde luego lo más urgente, los datos son malos. El PIB está en caída histórica y si aún creciendo se generaba paro, hay que mantener el pulso sereno ante las posibles cifras de desempleo.
Para afrontar esta situación y las que ya existen, hace falta un dinero que no hay. Ya sabemos que las autonomías deben a las arcas generales seis mil millones de euros y ya sabemos que antes de fin de año, y coincidiendo con el debate de Presupuestos, se van a «revisar», en palabras de la ministra Salgado, los tipos impositivos. Elena Salgado ha dicho de manera más sutil lo que José Blanco dijo con toda claridad: los impuestos van a subir, pero no sólo a los muy ricos. La subida, para que sea efectiva, para que las arcas generales lo noten, tiene que ser una subida que afecte a millones de españoles y de entre esos millones hay muchos que mal que bien están ya siendo colchón para los parados de su entorno familiar; otros muchos han visto su sueldo congelado, o directamente no lo cobran, a cambio de mantener el puesto de trabajo hasta que la situación se rehaga. La mera sospecha de esta casi segura subida, asusta y preocupa a estos millones de españoles, que si bien llegan a fin de mes, lo hacen con justicia y con la lógica preocupación de otear un horizonte con más nubarrones que otra cosa.. O el Gobierno explica muy bien lo que pretende con ese dinero o lo va a tener muy difícil a efectos de opinión pública. La economía va centrar en buena parte el debate público, que se verá salpicado, quien sabe, por la sentencia de TC sobre el Estatuto de Cataluña y es de esperar que no por nuevas y más declaraciones del PP sobre escuchas ilegales, No está el horno para esos bollos. Pocas cosas producen más alegría que el médico te dé el alta; pero, en ocasiones, para llegar a ese punto, el médico tiene que arriesgarse a hacer y a decir lo que no quieres que se te haga, ni lo que no quieres oír. Para eso otro vale cualquiera.