Diario de León

Sobre las prohibiciones de entrar en la Catedral

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León

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Tribuna | David Díez Llamas

Sociólogo

Viernes día 14 de agosto. Acudo c on una familia de origen rumano a visitar la catedral, son las 19.00 horas. Ante las verjas nos encontramos con un guardia de seguridad que nos impide la entrada. Además de ello nos indica que en el resto del día no podremos visitar el templo. Mis amigos al día siguiente necesariamente deben partir hacia Madrid a coger un avión para volverse a su país. Sin embargo disponen de la mañana para poder visitar la catedral algo que consideramos imprescindible en una visita a León. Miramos entonces el cartel que indica los horarios de visita para el día siguiente sábado, comprobamos que se nos dice un horario de algo así como de 8,30 a 14 horas (creo recordar). Puesto que sólo disponen de la mañana se acercan a la catedral sobre las 12 horas, pero ¡sorpresa! Nos volvemos a encontrar con un guardia de seguridad que nos impide la entrada aún cuando el cartel del horario nos indicaba que en esa hora el templo estaría abierto. El motivo es que al parecer se estaba celebrando una misa. Bien, mala suerte, esperaríamos a que acabe. Ya, pero la misa acaba a las 12.54 y nos dicen que a las 13.00 hay otra misa y que tendremos que salir del templo. Es decir acudimos dos días para ver la catedral y en total hemos dispuesto de seis minutos para verla «invitándonos con bastantes malos modos a abandonar el templo» transcurrido ese tiempo. El viernes nos han dicho que el motivo fue la celebración de varias bodas y el domingo de misas en el altar central. El domingo día 23 volvemos a tener una visita en este caso de una persona de Toledo el resultado viene a ser el mismo, no puede entrar a ver nuestra catedral.

Perdonen señores del Cabildo pero no lo entiendo. Nuestra Catedral es Patrimonio de la Humanidad y como tal no puede tratarse como una propiedad privada que se arrienda al mejor postor con motivo de una boda. Somos muchos los leoneses que hemos acudido a la llamada que se nos ha hecho de cara a colaborar económicamente en el mantenimiento de las vidrieras y lo hemos hecho tanto de forma directa como indirecta (a través de impuestos). No es comprensible que «la catedral sea de todos» para sufragar los gastos derivados de su mantenimiento y «de algunos» a la hora de decidir la admisión al templo. Hay perfectas posibilidades de celebrar bodas en la catedral fuera del altar mayor como por otra parte se ha venido haciendo con normalidad con anterioridad. El hacerlo en el altar mayor expulsando al resto del pueblo puede entenderse como un acto de vanidad que no encaja muy bien con el sentimiento cristiano, ni tampoco la expulsión del pueblo llano del templo para convertirlo en algo privativo de aquellos que han pagado para contar con ese privilegio.

Entiendo perfectamente que ha de darse un respeto a los oficios religiosos y al carácter católico del templo. Nada que objetar. Pero es que ustedes, señores del Cabildo, utilizan el «todo» o «nada». Así curiosamente he visto con mis propios ojos como en esos 6 minutos que nos han dejado para ver la catedral había personas que se movían con patinete por el templo, algo que yo consideraría inadmisible. Así ustedes nos tratan por igual a «los del patinete» con aquella otra (amplia mayoría) que nos comportamos respetuosamente no sólo con los oficios religiosos sino también con el propio templo.

Se podrán poner restricciones a los modos de conducta pero no puedo entender que las mismas sean generales y que perjudiquen sobremanera a la imagen e incluso a la economía leonesa. O es que vamos a promocionar el turismo en León diciendo que el slogan ese de la «bella desconocida» en realidad se refiere a la catedral que no podrán ver.

Somos conscientes de que en el fondo estamos ante un debate histórico sobre la propiedad y la administración de los bienes eclesiásticos. En el mismo nos posicionamos muy claramente en que esos templos trascienden el ámbito religioso y se enmarcan como un bien cultural de la comunidad donde se asienta. Así cuando alguna persona dona 600.000 euros para hacer una iglesia en el barrio de La Lastra especifica el lugar concreto donde quiere que se realice y limita con ello la disposición de modo arbitrario de ese dinero. Con independencia de las creencias personales o incluso de partido, las instituciones deben atender a los requerimientos de conservación de ese patrimonio cultural. La Catedral de León es patrimonio de todos con independencia de si uno es ateo, musulmán, budista-¦ Todo ello desde el respeto al carácter católico del templo.

El hacer un uso privativo del templo para una comunidad estableciendo reglas que impidan el acceso (por medio de la fuerza) es algo que consideramos inadmisible. Se hace necesario rectificar y recuperar el carácter de tolerancia a la diversidad cultural que siempre ha caracterizado a la sociedad leonesa.

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