Diario de León

El debate de la energía en España

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Tribuna | Andrés Zorita

Que pensarían ustedes de un país en que el 85% del consumo energético dependiera, de las importaciones de combustibles fósiles cuyo precio se incrementa vertiginosamente debido al crecimiento descontrolado de países emergentes y a la especulación, que no tiene seguridad en el suministro al depender de Rusia, países árabes o Sudamérica; y donde el sistema eléctrico por razones geográficas está interconectado únicamente a un solo país?. Que la situación es delicada. Adicionalmente existe una crisis especialmente dura para nosotros y el gasto en energía fósil aumenta el déficit público y merma la capacidad adquisitiva individual, impidiendo una rápida recuperación.

¿«Queremos liderar el cambio climático»? Con la quema de combustible fósil, estamos emitiendo a la atmósfera un 52,3% más de CO 2 que en 1990. Teniendo en cuenta que deberíamos de tener un incremento máximo del 15% con respecto a esa fecha por los compromisos adquiridos por la comunidad europea en el marco del protocolo de Kioto, el incumplimiento nos puede costar -”con la que está cayendo-” entre 3.500 y 4.000 millones de euros.

Parece evidente que el problema de la energía es un asunto de capital importancia para nuestra sociedad. Es clave una autonomía energética (seguridad), energía mas barata significa empresas competitivas, creación de empleo y mayor bienestar, y a una posición sólida de peso en la política internacional -aportando y no recibiendo-, menor destrucción de capital que puede ser empleado en otros menesteres, y contribuir activamente al legado de un planeta mas limpio y políticamente estable para las próximas generaciones.

El problema de la energía es complejo, están implicados muchos condicionantes, la economía, la industria, el mercado laboral, las leyes, el medio ambiente, pero de tal importancia que debería llamarnos la atención el que este asunto no haya sido punta de lanza del debate «político» en las pasadas elecciones generales, !!a mi esto sinceramente, me parece intolerable!!.

Todo está sucediendo muy deprisa, el deterioro económico, el precio del combustible fósil se cuadriplicará, (Birol, jefe de la Agencia Internacional de la Energía avisa de una catástrofe en el suministro por sobrepasarse la capacidad máxima de extracción de petróleo de los principales campos) así que no hay tiempo para la duda, no tomar las decisiones correctas nos traerá consecuencias incalculables; «estamos subiendo un puerto de categoría especial y además nos espera el tío del mazo, necesitamos glucosa ahora, no mañana» como se diría en el argot ciclista. Es por lo que, en el momento presente, tanto defensores como buena parte de los críticos de la energía nuclear, consideran que parece imposible la sustitución de los combustibles fósiles y el cumplimiento de los compromisos de Kioto sin la energía de fisión. La energía nuclear consigue obtener de un átomo un millón de veces más de energía que la obtenida por métodos químicos de un átomo de fuel, y por tanto la cantidad de residuos es un millón de veces más pequeña. Por ejemplo, en Europa las necesidades energéticas por persona y día producen 30 kilos de CO 2 si es con fuel (11 toneladas de residuos al año) y un cuarto (1/4) de gramo si es nuclear.

Como no voy a ser consciente de los riesgos que la energía nuclear supone, un cuarto de gramo de gramo de residuos nucleares son un «pequeño gran problema», pero 11 toneladas de CO 2 es un enorme problema también. El bienestar es una conquista diaria en el mundo desarrollado, no cae de cielo, y supone riesgos para alguien, los obreros, los médicos, las enfermeras, los policías. Hay simplemente que controlar los riesgos, asumir los menos posibles, pero además no hay que hacer demagogia !en este punto no estamos asumiendo ningún riesgo extraordinario a los ya existentes. Las centrales nucleares francesas -”58 reactores-” están demasiado próximas como para que no nos afecte cualquier fuga o accidente que se produzca en las mismas y, además, importamos sus kilovatios, su energía es más barata con lo que muchas empresas incluidas las españolas que no cierren y puedan, se irán allí. El Gobierno de Sarkozy, que está coliderando Europa es proclive a esta energía -”y le salen las cuentas cada vez mejor-” ¿dónde va a enterrar esos desechos nucleares? !A ver si vamos a poner además la cama por un plato de lentejas o una silla! En Castilla y León debemos estar alerta de lo que se negocia en el exterior cuando se está en condiciones de inferioridad, y España en estos momentos económicos lo está -”cada vez debemos más favores-”, y !ojo! países de toda Europa buscan almacenamientos subterráneos.

Claro que hay que potenciar y sobre todo desarrollar más aún las energías renovables, el planeta ofrece grandes cantidades de energía renovable y especialmente en nuestro país que es proclive para ello, pero !cuidado! no se las puede confiar en estos momentos la responsabilidad de la sustitución de la energía fósil, porque los sistemas de captación son todavía imperfectos y poco eficientes, especialmente en la solar -”«dónde nos hemos tirado a la piscina»-” (ojalá se hubiese hecho un esfuerzo parejo en biomasa con ventaja para nuestra agricultura, en vez de para las multinacionales) y al encarecer la energía, indirectamente hacen perder puestos de trabajo -”especialmente en la metalurgia-”, que superan con creces los creados por las «energías verdes». Aunque por razones logísticas pudiera justificarse el enorme gasto que el gobierno -todos- está haciendo en renovables hay quien considera que esto significa más deuda pública y por tanto más impuestos en el futuro. Si a esto añadimos que para evitar que empresas muy demandantes de energía se vayan fuera y el gobierno les pusiera un precio menor, se exacerbaría el déficit y aumentaría la factura a los demás para pagar ese privilegio. Probablemente las energías verdes también tienen un impacto ambiental, y se pudieran cuestionar sus emplazamientos desde el punto de vista biológico -”no en los Picos de Europa ni en el litoral y si en zonas de León poco pobladas, envejecidas, pobres y fácilmente silenciables-”, la misma importancia tienen los rebecos que la fauna de la cabecera del Valderaduey. Por cierto, !tenemos un parque eólico construido de 44 aerogeneradores que lleva un año sin funcionar!

Según las eléctricas el coste de producción del megavatio difiere muy ampliamente dependiendo de la tecnología empleada, la nuclear a 35 euros, la del carbón, gas e hidráulica entre 55-60, a 70 la de aerogeneradores y a 400 euros el solar-fotovoltaico, aunque existe discrepancia entre las compañías y la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en las estimaciones de estos costes. Además de no emitir gases de efecto invernadero, otra ventaja de la nuclear es la economía, el peso del coste del combustible en el costo final es poco significativo en la nuclear y muy alto para el gas (75%), curiosamente según los expertos frente al vertiginoso incremento del precio del combustible fósil, el nuclear puede bajar a largo plazo, siendo adicionalmente un combustible abundante y de aprovisionamiento fiable. Por otro lado al tener un funcionamiento constante permite una producción estable y predecible a diferencia de las renovables.

Es muy cierto que las centrales nucleares requieren de una gran inversión inicial, y se producen grandes cantidades de CO 2 al construirlas y por tanto son necesarios largos periodos de utilización. Tenemos sólo nueve reactores (irán disminuyendo) -”que fueron construidos por anteriores gobiernos y que en su momento fue un brillante programa nuclear-” la cantidad de energía eléctrica que se generaría en 20 años más de funcionamiento sobre los 40 previstos de esos reactores -”como se está haciendo en otros países-” equivaldría a cinco años de consumo eléctrico en España que ya está amortizado. ¿Estamos ahora en condiciones de despreciarlo? ¿En base a que?.

En estos momentos en que el desempleo es desorbitado, la construcción de once reactores aportaría 172.000 empleos al año y trabajo a muchas empresas según el foro nuclear de forma directa. Por lo expuesto, está claro que el debate de la energía no está en el campo del medio ambiente, sino en las leyes, en la economía y en la tecnocracia.

Dadas las condiciones de crédito actuales y el descenso de la calificación económica española, estaría dificultosa la financiación y de conseguirla, con intereses altos. Con el enorme déficit público, decidir si es el Gobierno o la industria privada la que afronten esas grandes inversiones, de ser esta última acordar un marco político y social estable que ofrezca garantías de que no haya cambios regulatorios a los esfuerzos a comprometer. Por último, nos enfrentamos a una de las situaciones de máxima dificultad de la historia moderna de nuestro país, y para resolverla -”y si es posible con eficiencia-”, necesitamos políticos «que les ruja el esqueleto» -”no tecnócratas-”, «duros con las espuelas y blandos con las espigas», capaces de aglutinar a todas las federaciones españolas en objetivos comunes que nos hagan mas fuertes, que protejan a las empresas de la energía de caer en manos extranjeras, que entiendan que en el territorio comunitario no se pueden resolver los problemas del calentamiento global beneficiando a las compañías de los combustibles fósiles, que la energía nuclear debe participar junto a la renovable, que abaratando la energía se hacen más competitivas las empresas españolas y se crea mas empleo, que además de producir menos CO 2 se deben implementar medidas para su captura de la atmósfera, que se deben tomar decisiones sobre la ubicación de nuevas centrales nucleares y lugares para la eliminación de los residuos, a sabiendas que van a perder votos; y, que no busquen de sus seguidores el aplauso fácil como vedettes; el reconocimiento como a los buenos artistas les llegará al final de sus días, o no alcanzarán a verlo.

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