Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

El rincón | manuel alcántara

El i mpetuoso presidente venezolano, Hugo Chávez, ha colapsado la Gran Vía madrileña, que por cierto ya no es tan grande, cuando decidió, no sabemos si por primera vez, entrar en un sitio donde se venden libros. También Evo Morales, el simpático árbitro de la elegancia bolivariana, ha congregado a más de 6.000 personas en un mitin celebrado en Leganés. «Ínclitas razas ubérrimas», dijo el padre Rubén Darío. Son sangre y alma de la España fecunda, cuando nuestros remotos antepasados fueron allí para arramplar con todo. Los «torvos conquistadores», en expresión de Pablo Neruda, se lo llevaron todo y les dejaron todo: el idioma.

Chávez está eufórico porque se ha encontrado un lago de petróleo y Evo está preocupado porque le voten sus compatriotas residentes en lo que se llamó «la madre patria», en las próximas elecciones presidenciales. El mundo es un pañuelo insuficiente para empapar las lágrimas de tanta gente. ¿Qué les importa a nuestros ilustres huéspedes que se suspendan los funerales del Valle de los Caídos o se suba dos puntos el IVA? La memoria histórica de sus países, que por cierto tengo bien recorridos, se presta menos al Alzheimer. Es muy reciente, aunque sea igualmente dolorosa. Tenemos obligaciones de hospitalidad para con ellos, pero no han escogido un buen momento para hablar a sus hermanos y pedir el fin de las bases militares de Estados Unidos en Latinoamérica. Aquí estamos en otras cosas.

Nuestros problemas preferentes son los independentistas de Arenys de Munt y que nos dejen fumar en los bares. En esas cuestiones termina el «Imperio hacia Dios». Llevaban razón los místicos cuando nos advertían incansablemente de que todo es humo y nada, pero ellos no fumaban.

tracking