LA OPINIÓN DEL LECTOR (I)
No es fácil ser librero
Cuando entramos en ese extraño lugar que dice llamarse librería podemos encontrarnos básicamente dos tipos de personajes: el expendedor de libros o el librero. Hay quien prefiere dedicarse a explorar, bucear, zambullirse entre toda la vasta oferta de volúmenes que al lector se le ofrecen y después de cinco o cincuenta minutos pedir al expendedor que se lo cobre y envuelva si procede; eso puede estar muy bien, pero estas líneas son para reconocer y valorar esa «rara avis» llamada librero. Han sido muchos años los que he pasado visitando la Librería Pastor y siempre que la salud se lo permitió al fondo del local (los últimos años, irremediablemente sentado y prácticamente ciego) se encontraba don Jesús que ofrecía a quien se acercaba, fuera conocido o no, su conversación siempre amable, su consejo y la recomendación según lo que se buscara. En estos tiempos de globalización y nuevas tecnologías es justo reivindicar la figura del librero profesional, orientador y cercano. Ha dejado un hueco difícil de ocupar, don Jesús.