Diario de León

Sólo Blanco y Núñez Feijóo se salvan

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Crónica semanal manuel campo vidal

El otoño se presenta oscuro y el invierno muy duro. El Fondo Monetario Internacional anuncia el fin de la recesión para el 2010 menos en España. Peor aún: tal como avanza la crisis y crece el desempleo, se intensifican las dudas sobre la calidad de los dirigentes políticos para dirigir la recuperación. Va por todos. «Ni los que gobiernan, ni la actual oposición, incapaz de presentar una medida alternativa», se quejaba el presidente de una gran compañía de telecomunicaciones. Para el PP, Zapatero no sabe dónde va y sus ministros están desorientados. Para el PSOE, la única aportación del PP es la creación de malestar. «Costará mucho salir. No será una recuperación en forma de «uve» -pronunciada caída y subida rápida- sino en forma de la «uve de Nike»- vaticina el Presidente de una importante caja de ahorros- o sea, recuperación muy lenta». O, como ha señalado en Estambul el gerente del FMI, Strauss-Khan, «incluso un crecimiento raquítico es buena noticia porque hace un año un crecimiento positivo no podía garantizarlo nadie». Con ese panorama y suponiendo que el Presidente salve los Presupuestos del Estado para el próximo año, la estrategia política es primaria. El Gobierno solo quiere resistir: las elecciones cuanto más lejos mejor, para ver si la recuperación se vislumbra. Y para el PP el único horizonte es abonar la percepción negativa del electorado sobre la marcha de las cosas. Ni una idea, ni una propuesta. Con ese panorama no es de extrañar que los pocos dirigentes que parecen tener sensatez y discurso propio brillen como excepciones esper anzadoras. Un amplio número de empresarios y directivos consultados coinciden en señalar al ministro de Fomento, José Blanco, y al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, como las dos principales figuras. Hay algún nombre más pero suscita menos unanimidad. Y de Rodrigo Rato no hay rastro.

A Blanco lo pusieron en un aprieto el jueves en el coloquio de KPMG al trasladarle que Pedro Solbes declaraba que «el Gobierno hace cosas que no me gustan». Sin inmutarse respondió: «A mí me han nombrado ministro para hacer cosas nuevas. Para hacer lo mismo, ya estaba mi antecesora». Hubo un conato de aplausos. Y justificó la reorientación de la política gubernamental, salvando la gestión de Solbes, al asegurar que «crecíamos mucho pero crecíamos mal, con colesterol de ladrillo». Acabó tendiendo la mano a los empresarios, después de anunciar espectaculares inversiones, y ellos, por lo que declararon en privado después, celebran que Zapatero lo haya hecho ministro y relevado del papel de látigo del PSOE. Su cambio de imagen es espectacular.

El caso de Núñez Feijoo es distinto pero se llega a conclusiones parecidas por exclusión. Rajoy no se distingue ni por sus propuestas, ni por tomar decisiones internas. Mientras, su secretaria general, María Dolores Cospedal, conecta con las bases populares al exigirle al valenciano Camps que limpie su casa. «A mí todo esto me da bastante asco», se lamenta una diputada autonómica popular muy disgustada por la trama valenciana y la actitud de Camps. Que se reúna en secreto con Rajoy, que filtre la noticia y que declare que «aquí el que tiene que dimitir es Zapatero», le habrá encantado a sus fans, pero enerva a los militantes más sensatos.

Sin Camps en la quiniela y con Javier Arenas desgastado, Núñez Feijóo es valor en alza. Cuando se le pregunta directamente, se limita a decir que «María Dolores ganará en Castilla-La Mancha y quizás recuperemos Aragón porque el PAR puede cambiar de alianzas». Cuando se le aprieta más, pide tiempo y ofrece humildad: «Tengo mucho que hacer en Galicia y ya tengo edad para saber que si me ponen de moda este otoño-invierno, no seré la moda de la próxima temporada». Con ese capital humano en puestos de decisión hay que salir de la crisis. Saldremos, pero de forma muy lenta y dolorosa. Entretanto, ante las escalofriantes cifras de parados, habría que aclarar porque en Sanlúcar de Barrameda, un ejemplo al azar, hay dos mil personas inscritas en el paro y el Ayuntamiento no pudo encontrar a 34 para una obra. Episod ios y misterios nacionales.

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