A por tres

Al trasluz | eduardo aguirre

E n términos pugilísticos, podríamos compararlo con un combate entre Chiquito de la Calzada y Joe Frazier. El KO quedaría zanjado nada más comenzar el primer asalto. Pero en el fútbol, además cabe el milagro. Ojalá nuestra Cultural gane al Barcelona, ahora que el señor Laporta padece un cesarismo político merecedor de colleja metafórica. Ganarles por un golín sería poco, tiene que ser con humillación manifiesta. Por tres a cero, a ver si así dejan ya la cantinela del triplete. Desde hace años mantengo que ser leonés y del Barcelona es más raro que haber nacido en La Bañeza y apellidarse Smith. Aquí sólo hay cuatro culés, incluyendo a mi mujer y al chaval. Por eso, la victoria de nuestro equipo ha de ser con un resultado capaz de eclipsar la fama del topo de la Catedral. Porque la Cultu está en horas bajas es posible lograrlo, así funcionan las misteriosas leyes del surrealismo futbolero. ¡Aspiremos a la epopeya! Los trescientos de Leónidas defendieron el Paso de las Termópilas frente al ejército persa, superior a ellos en miles de hombres; fueron hechos picadillo, pero una fama inmortal tampoco es desdeñable; si se ha de perder que sea para convertirse en leyenda. Hay que salir al campo con la moral alta, a epatar, aunque los aguafiestas aseguran que sería más fácil conseguir una cita con Miss Mundo. En las películas sobre competiciones deportivas, al final siempre ganan los más débiles; y aquí, el patito feo, con perdón, somos nosotros, los contentos de ser de aquí. Y si se pierde-¦ pues sin berrinches, con mucha felicidad. Aquí no tenemos al brujo Pepe, pero sí las patatas Blas, con y sin picar. Tres a cero, para que la directiva culé sufra un poquito. Y es que en el deporte y en la vida, a veces, el pequeño Chiquito noquea al gran Joe. Hay que salir con dos-¦ para meterles tres.