... y estaba perdida

Nubes y claros | maría j. muñiz

El repaso tempranero a los periódicos se vio interrumpido por una cadena de pi-pi que, cual concierto de grillos, me alertó de un corte en el suministro eléctrico en casa. Un guiño de la luz y toca actualizar relojes de los hornos, fechas de dvds y radiodespertadores,... ¡Vaya, otra vez! Falló también la conexión a internet, inalámbrica, pero no ineléctrica.

Intento aprovechar para desayunar, pero el corte de luz se prolonga. No puedo hacer café, ni calentar leche o infusiones ni en la vitocerámica ni en el microondas. No funciona ni la cafetera ni el calentador de líquidos. Trago leche fría (la nevera resiste más) y café en polvo y confío en una pronta recuperación de la tensión eléctrica, que me permita poner la mía en forma. No puedo adelantar la comida, siempre quedan las latas y el bocadillo.

Me ducho en el baño que tiene ventana, en el otro no veo ni a frotarme. No puedo secarme el pelo, como cada mañana. Intento llamar por teléfono pero el fijo, impertinente, me insiste que está «buscando...». Menos mal que esta noche me he acordado de cargar el móvil (lo que no es tan habitual) y por lo menos puedo conectarme con el exterior.

Bajo al garaje y la puerta no funciona. Trasteo con el aparejo manual y ante el temor de dejar la casa a disposición de los cacos opto por pedir un taxi. Llego a mi cita por los pelos, y luego tengo que esperar transporte caritativo para volver a casa.

Sólo fue un corte de luz, algo más prolongado de lo habitual. Lo dicen los estudios: la preocupación del consumidor por los problemas eléctricos acaba en el enchufe de su casa. Y es cierto. El tejemaneje energético del país está que bulle, pero yo lo que quiero es encender mi luz y hacer mi café. Difícil ecuación la que hacer con costes económicos y medioambientales, objetivos de futuro y demagogias varias a la hora de fotografiarse los de la cosa pública. Esta sociedad no está dispuesta a renunciar a nada, por más que se envuelva la cosa de verde. Dos horas sin luz y yo estaba perdida...