Diario de León

Un exministro inolvidable y dramático

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Tribuna | Horacio García Pacios

Presidente de ARENCI en León y Castilla

El pasado 23 del septiembre, don Carlos Solchaga, antiguo ministro de economía del PSOE, quien casi arruina España cuando mandaba Felipe González, declaraba durante un desayuno informativo en la Asociación de la Prensa de Madrid que los más de 4,5 millones de parados podrían ser menos, en parte por la existencia de «casos irregulares» empleados en la economía sumergida. Seg ún él «la situación de los parados no es tan dramática» Se conoce que ni él ni los ex ministros viven tal drama. Además las penas con pan son menos; pues, como todos sabemos, las rentas de un exministro dan para mucho llantar-¦ A este, en concreto, no hace tantos años, le gritaban los obreros por la calle para mentarle a la madre.

¿Que la situación de los parados «no es tan dramática»? Ciertamente no lo parece... a quien no sabe mirar más allá de las apariencias, como este señor exministro cuyo nombre no quiero repetir para evitar que se me revuelva el estómago. El problema del paro no está en si se es parado por estrenar la condición estadística de «población activa» o por haber perdido el trabajo en tal o cual sector económico. Está en las consecuencias que acarrea el paro forzoso en una sociedad empeñada en seguir distribuyendo la riqueza casi exclusivamente a través del empleo; cuando esto último ya no es ni razonable ni rentable, salvo para quienes quieren mantener el dominio sobre los demás y un numeroso «ejército de reserva» que les implore «pan por sumisión». El parado se va quedando sin rentas que gastar para satisfacer sus necesidades básicas, los intereses de la hipoteca, los gastos de los niños y demás.

¿Y quienes quieren mantener el «statu quo»? Por lo general, unos pocos políticos sin escrúpulos -”incluso «de izquierdas»-”, unos pocos dueños y dueñas de grandes fortunas, unos pocos multimillonarios, banqueros y controladores de la grande y mediana empresa multinacional... Lo extraño es que mucha, mucha gente corriente colabora al mantenimiento de este estado de cosas tal cual está. Bien es cierto, que es más por inercia, individualismo, derrotismo y pasividad que por convicción. También hay muchos que no entienden el mundo en que viven; ni lo quieren entender, porque eso supone un esfuerzo intelectual. Pero a la gente corriente no le faltan neuronas ¿Será, acaso, porque pensar da dolor de cabeza? ¿Acaso porque a la mayoría de la gente le traumatiza reconocer la realidad y asumir su parte de culpa en el sostenimiento de la situación, o el miedo a significarse por obrar en consecuencia con el deber moral de defender la propia dignidad? Que cada cual discierna qué es lo que quiere y si su obrar es coherente con lo que quiere conseguir, pues «no se pescan truchas a bragas enjutas» y, a quien quiere peces, no le queda más remedio que «mojarse el culo»-¦

Al señor ex-ministro le recuerdo que lo importante no es u na reforma laboral (ni siquiera después de la crisis), sino una reforma de la fiscalidad, precedida del necesario cambio de mentalidad. Lea al respecto la tribuna « ¿Crisis? No gracias » (Diario de León, 24/09/2009). A los parados y políticos que de verdad buscan «dar paso a un nuevo modelo económico y productivo» y «que la crisis no la paguen los trabajadores», les pido que concreten en qué consiste exactamente su novedad. Que no me vengan repitiendo nuevas cantinelas y latiguillos, ni las mismas medidas antiguas y fracasadas como si fueran la última novedad: la «Promoción de planes especiales de empleo», la «contratación de desempleados», la «apuesta por la formación como mecanismo de reciclaje», la «Lucha» contra el fraude fiscal, en el ámbito laboral y contra la economía sumergida 1397518451 ¿Un nuevo modelo sin cambios estructurales y, sin lo que es más importante, sin un cambio de mentalidad?

Les recomiendo encarecidamente que lean, de Ramiro Pinto Cañón: Los fundamentos de la Renta Básica y la «perestroika» del capitalismo. Teoría alternativa sobre economía política en la sociedad tecnológica y del bienestar, Entimema (Madrid 2003). Ahí sí se aporta una Teoría Alternativa de economía política, una teoría «alternativa» a los modelos neokeynesiano y neoliberal. ¿Lo han leído ya? ¿O prefieren seguir creyendo en las medidas publicitarias del G obierno, o esperando en las «medidas sociales» de la oposición, o escuchando a exministros adinerados sin idea s nuevas que aportar?

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