Con el otoño siguen las castañas
Crónicas bercianas a. calvo
Con el otoño llega la época de las castañas asadas y el Bierzo tiene ese olor dulzón. Los magostos se extienden por las plazas y los vecinos se reúnen al calor del fuego. Una tradición muy arraigada en la comarca, tan arraigada, parece ser, como las disyuntivas en el PSOE, que en el Bierzo pone un circo y le crecen los enanos. No hay semana que no salte a la palestra alguna crítica, de las más dolorosas, esas que proceden, supuestamente, de tu propia familia. Cuando no es por A es por B y cuando no es el alcalde de X es el de Y. Hay para dar y tomar. Así las cosas, los críticos ponferradinos han denunciado a Francisco Fernández, a Belén Fernández y a Ibán García del Blanco ante el Comité de Ética y Garantías para que se impugne la asamblea en la que se eligió a la comarcal y la de Bembibre en la que se eligió a Santiago Rodríguez. En el PSOE hay castañas para dar y tomar.
Resulta que a cada berciano, sea o no socialista, le corresponde una media de tres castaños, ya que se calcula que en la comarca hay medio millón de árboles de esta especie. Es más, el 50% de los castaños de Castilla y León están en el Bierzo. De momento, no se ha hecho ningún estudio de las calabazas; esas que los yankis ponen a las puertas de sus casas con feos retratos de monstruos dibujados para ahuyentar a los malos espíritus que vagan sueltos en la noche de Haloween.
Sorprende que ayer muchos ponferradinos salieran a la calle disfrazados para celebrar esta tradición celta americanazada. Lo de que los bares y pubs intenten ganar clientes ya es cuestión de márketing, aunque podían regalar castañas calientes en vez de sombreros de pico de bruja y apostar por el trick or treat .
Esto es la lucha de David contrat Goliat. La pequeña castaña, armada con la honda de la tradición en lucha contra la gran calabaza naranja... ¿Cuál será el resultado? A lo mejor esa castañita berciana consigue cruzar el estrecho por Algeciras y escapar. Aunque una buena escala en la capital madrileña, a la sombra de la Puerta de Alcalá le tirará más y decidirá quedarse en los madriles a la espera de que llegue el Papa y le eche un cable, que el asunto no está para tirar cohetes. Sólo es necesario que pase un ángel o, mejor, que no se vaya.
Dicen que la primavera alborota las arterias pero el otoño tiene su encanto con la caída de las hojas. Con esos colores tirando a marrones y con el ambiente que se respira. Esta es una buena época para vender el Bierzo a los turistas, que además de los paisajes pueden disfrutar de los tradicionales magostos, en los que no sólo se reparten castañas, como el PSOE.