La bolsa o la Liga
El rincón | manuel alcántara
Los futbolistas son los únicos que ven brotes verdes en los páramos de nuestra economía. Mientras los demás estamos en el limbo, ellos tienen los pies en el suelo, pisando el césped y el área de la economía, siempre atentos a la jugada. ¿Cómo van a ser partidarios de que les suban los impuestos? Para eso ya estamos los espectadores y algunos árbitros auxiliares.
Los hinchas, que considerados en bloque somos los animales más parecidos al hombre, tememos que se nos acabe el circo, aunque estemos dispuestos a sobrellevar animosamente que se nos acabe el pan y el aperitivo. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Un domingo sin fútbol sería larguísimo. Y más teniendo en cuenta que ahora hay domingos que caen en sábado, sin contar los días de la Champions. Hay que pactar, como sea, para seguir abonados a nuestra tribuna de sofá. Hay que llegar a un acuerdo para acomodar la llamada «ley Ronaldo». ¿Por qué aumentar la tributación de los jugadores de élite, como si fueran personas corrientes? Eso no tiene ni pies ni cabeza y además puede conducir a que ellos declaren una huelga de pies caídos y paren la competición liguera, que nos apasiona a algunos mucho más que la competición política, donde abunda más el juego sucio y además los árbitros tontos de remate, ya que nunca ven puerta.
Urge arreglar la situación. En España los sindicatos están tan bien educados que mucha gente cree que en vez de educados están domesticados. Se calcula que llegaremos a un 20,5 % de parados y tendremos la mayor tasa de desempleo de Europa el año que viene, pero que nadie nos toque el calendario liguero. Lo primero es lo primero, aunque se juegue en segunda y las bolsas sean menores. Con las cosas de jugar no se juega.