La espiral del silencio

El baile del ahorcado cristina fanjul

Si no se tratara de un tema tan trágico podríamos calificarlo de vodevil. Pero como afecta al sufrimiento de millones de sere s humanos, voy a contenerme. Hay temas en los que hay que dejar a un lado el sentido del humor. Me dicen que durante la polémica de la Llionpedia alguien llegó a decir que eso del Holocausto l e quedaba muy lejos. Claro que sí, fíjense qué distante nos queda que aún hay personas que vivieron ese horror y, lo que es más fascinante, han sido capaces de sobrevivirlo. En cualquier caso, no quiero desviarme. Esto del leonesismo social me recuerda a la espiral del silencio de Noelle Newman. A algunos les vendría bien releer a la socióloga alemana de cara al congreso de la UPL. La teoría viene a decir que todos intentamos evitar el aislamiento, con lo que tendemos a observar el entorno para aprender cuáles son las ideas mayoritarias y camuflarnos en ellas. Si creemos que nuestra manera de pensar pertenece al grupo menos dominante, menor será también la tendencia a expresarla. El problema, además, es que cuando uno permanece mudo, los que le rodean también callarán y la espiral de silencio aumentará. Lo que suele conformar la opinión pública es el miedo al rechazo (moral o crematístico). Nos subimos al carro del vencedor dando la espalda a nuestra dignidad.

En este escenario de mercenarios, no está de más que los líderes de la Unión del Pueblo Leonés decidan qué rumbo tomar. Javier Chamorro y Melchor Moreno están en una encrucijada cuyos caminos están definidos. Uno permitirá que el partido siga siendo un nido de intereses personales, mientras que el otro puede convertirlo en posible referente de un sentimiento social que sí que existe pero que poco tiene que ver con el que tratan de apropiarse personajes de medio pelo a medio camino entre Mussolini y Cantinflas.