Agradecimiento duradero

No dejaré jamás de recordar cuando apresuradamente llamé a la puerta del viejo cuartel que entonces se situaba en la plaza Mayor de la Constitución Española. Mi hija mayor (que ahora tiene veinte años), de aquella, en 1989, era una criaturita recién nacida, y que domiciliados cerca de dichas dependencias policiales, dándole mi señora el pecho, repentinamente se nos puso malita, y, sin pensarlo, bajé raudo a pedir ayuda, al cuartelillo referido. Enseguida subieron —el concejal delegado de Policía y un agente—, no tardando en disponer un coche que nos llevó a los altos de Nava (Hospital Virgen Blanca) en donde muy afortunadamente, podemos decir que se salvó la pequeñica de milagro. El diagnóstico: Neumonía por aspiración en pulmón izquierdo (con proceso catarral, habiendo tenido vómito con sofocación). Gracias de todo corazón, al agente que me atendió en la puerta del cuartel, y al delegado que en todo momento, se me puso con todos los medios disponibles, para salvar la vida de mi hija Marina. Por eso, acercándonos a la festividad religiosa de San Marcelo y, queriendo perpetuamente manifestar en nombre de mi mujer y mío propios ese agradecimento al Cuerpo de Policía Local de León. He escrito unas líneas al Zaragozano-El Firmamento, calendario que siempre hemos tenido en mi familia, para que conste como titular (patrono) de León a San Marcelo. Antes de terminar, deseo que la presente sea de reconocimiento una vez más, a la labor de las fuerzas policiales en labores de apoyo a la ciudadanía.