LETRA PEQUEÑA
Berlusconi
Un perturbado, sometido a tratamiento, ha agredido a Silvio Berlusconi. Todos nos hemos conmocionado ante las imágenes espectaculares del incidente, que ha suscitado unánime condena. En sí mismo, el hecho se agota en su propio enunciado: los impulsos de un loco son irrelevantes, y en el fondo el asunto se reduce a un problema de seguridad. Pero la situación de Europa, azotada por la crisis económica, presa otra vez de la inquietud suscitada por el desempleo y la incertidumbre, dibuja un trasfondo a este pequeño magnicidio, que, se quiera reconocer o no, insinúa un sustrato violento de inconformismo. Deberíamos meditar si esta zozobra permanente, si este disgusto sordo ante la inefectividad de lo público no son gérmenes de la violencia larvada que lleva a los locos (y a los cuerdos) al paroxismo y a la agresividad.