Carme Chacón
A la última | rosa villacastín
Ppor segundo año consecutivo lo más importante que ocurrió en la recepción de la Pascua Militar que se celebró en el Palacio Real de Madrid, fue el traje de la ministra de Defensa. Se demuestra que el machismo impera en nuestra sociedad con más fuerza de la que cabría esperar. Si todo lo que verdaderamente preocupa a los ciudadanos de Carme Chacón es que se presente en una recepción oficial con pantalones y no con un vestido dos dedos por debajo de la rodilla, contenta debe estar la ministra. Yo al menos lo estaría si estuviera en su lugar porque demuestra que quienes la critican por su vestimenta, piensan que en todo lo demás lo está haciendo muy bien, o tan bien como lo haría un hombre. La diferencia es que mientras que a los ministros nadie les discute el color de sus camisas o de sus corbatas, a la ministra de Defensa -”y no digamos ya a la vicepresidenta Fernández de la Vega-”, se les critica hasta por el color de la sombra de sus ojos o por el colorete de sus mejillas.
¿No sería más lógico que se cambiasen las normas de etiqueta que seguramente fueron redactadas cuando la incorporación de la mujer a los puestos de alta responsabilidad eran una quimera casi inalcanzable? Yo al menos es lo que pienso, y como yo muchas profesionales que se niegan a vestir como lo haría Nati Abascal en esas circunstancias. Lo que pido a las políticas, sean ministras o simples diputadas de a pie, no es que vayan por la vida como si desfilaran a diario por la alfombra roja, sino que cumplan con su trabajo y lo hagan bien. De Carme Chacón me gusta su arrojo cuando a punto de dar a luz, cogió un avión y se fue a visitar a las tropas españolas que están en Afganistán. Eso, y que cambie lo que haya que cambiar en un ejercito que ha dado un giro de ciento ochenta grados abriendo sus puertas a las mujeres, independientemente de cómo vistan cuando van de paisana. Que la Reina y la Princesa de Asturias reciban con traje largo no significa que el resto de las invitadas tengan que ir vestidas de la misma manera, basta con que sean un reflejo de si mismas y del papel que la mujer desempeña en la sociedad española del 2010. En el caso concreto de Carmen Chacón, creo que cumple con todos los requisitos exigibles a una mujer que tiene a su mando a miles de militares, hombres y mujeres.