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Cornada de lobo | pedro trapiello

Tontería mitrada

Publicado por
pedro trapiello
León

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Bonita escandalera se ha armado en el coro parroquial, en el atrio de la iglesia, en la calle, en el bar de los impíos y, sobre todo, en la acera de enfrente donde la gente no lleva velas, sino estacas y soplamocos. En la bóveda del escándalo resuenan todavía las palabras del obispo Munilla que entró en comparaciones especialmente odiosas, inoportunas y provocadoras al colocar en un platillo de la balanza la aterradora montonera de muerte y tragedia que confirma a Haití como pudridero y, en el otro, los males espirituales de esta sociedad que nos hace a todos pecadores corrupios.

El obispo Munilla parece empecinado en no bajarse del candelabro bendito al que le subió su nombramiento de prelado en Guipuchi. Si su entrada se produjo por la gatera de una clerecía vasca escandalizada pos sus posiciones y ademanes, estas declaraciones suyas le han valido el repudio de propios y la vergüenza de ajenos. La catarata de reacciones puebla internet. Su ascensión al estrellato mediático parece nublarle las entendederas, pues ante la exigencia de que rectificara y se explicara, se explicó. Y lo puso peor. Se enredó, lo enmarañó más y pareció seguir la vieja consigna escolástica del «si no puedes convencerles, confúndeles». Y se fue, claro está, por los cerros de la teología y de los designios divinos, preñó de barroquismo retórico y de casuística su alegato exculpándose con que había hablado desde un plano teológico. Y entró al matiz: una catástrofe como la de Haití no es evitable, pero el pecado sí; Dios abre las puertas del Cielo a aquellos muertos, pero no a estos pecadores nuestros; y este es hoy el verdadero problema (lógico es, pues, que más que por aquella brutal mortandad que hace tambalear la fe, se preocupe porque Zapatero pueda acercarse un día a comulgar después de aprobar una ley de aborto). O sea, perdió una nueva oportunidad de estar callado. Que exhibiera después el talón de los cien mil euracos que su Cáritas diocesana enviará a la isla de los horrores pareció una broma cínica.

En fin, si la España anticlerical sigue engordando, se debe, entre otras razones, a obispos-vendaval como Munilla, sibilino teólogo trasmontano donde los haya... o un tonto mitrado, como lo calificó Sócrates Valdueza. 1396927554

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