«No recuerdo nada malo de años pasados»

La primera pregunta es obligada: ¿Cuál cree que es el secreto para llegar a los 105 años?. Carmen Gómez González celebra hoy en familia su cumpleaños. Es el centésimo quinto año que esta abuela de León reúne a la familia para soplar las velas. Alrededor de la mesa se reunirán hoy en una merienda cena sus tres hijos y tres de sus ocho nietos y nueve bisnietos. Carmen tiene dificultad para oír, pero su respuesto es rápida y clara: «Viví la vida como Dios me dio a entender». Su hija, Leticia López, que la cuida cada día, dice de su madre que es una mujer muy metódica -”en el método y la constancia está la clave-”, profundamente religiosa y buena lectora. «Se levanta a las 10.30, se pone Radio María, con su rosario, y después se pone a leer». Sobre su mesa está ahora una biografía de la Madre Teresa de Calcuta. De la televisión sólo ve los programas de concursos porque no quiere perder el tiempo en los debates «donde sólo se discute y se dicen tacos». «Hay cosas que no le gustan» -”dice su hija-” «y a estas alturas ya no es posible hacerla cambiar». A su edad, Carmen, pese a que ya le falla la memoria, tiene las ideas muy claras sobre lo que merece y no merece la pena ver en televisión. «Ahora lee mucho, pero hasta hace seis años hacía mucho ganchillo, pero ya no puede».

Nació en Potes, Cantabria, pero sus padres se trasladaron a Salamón, León, cuando ella tenía tres años. Se casó con Albertino López Recio, secretario de ayuntamiento y con sus tres hijos vivieron en pueblos de Extremadura y Galicia. «Fui ama de casa, no puedo contar nada malo de mi vida, crié a mis hijos como Dios quiere. Ahora estoy muy bien. Estoy cuidada por una hija y tengo la compañía de una hermana. Para mí todo es bueno y no recuerdo nada malo de los años pasados».

Su hija, orgullosa, reconoce achaques en su madre, «pero está muy bien, nadie dice que tenga esta edad, hasta superó una angina de pecho y una rotura de cadera».