Diario de León
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A la última | C. sánchez-vicente

Tenía razón el ministro Sebastián cuando dijo que iba a haber peleas entre los municipios por quedarse con el cementerio nuclear. Y entre los partidos, en su seno. Es sólo un síntoma, el primero de -tal vez- una rebelión. Los alcaldes afectados han decidido poner pies en pared y aplicarse el dicho a Dios rogando y con el mazo dando frente al intento de «disciplinarles» de sus aparatos partidarios. De Yebra a Ascó. Hartos, en mi opinión con toda la razón, de tanto ninguneo como vienen soportando del Gobierno y de las Autonomías, que les siguen negando la financiación suficiente para atender las competencias que tienen que prestar a sus vecinos sean suyas o no, las suyas porque les corresponde prestarlas y las ajenas porque sean de la Comunidad o del Gobierno es a ellos, a su alcalde, a quien piden cuentas los vecinos. Y se supone que, precisamente por ser la más cercana, la más eficaz, según nos explicaron en los albores de la transición los defensores de descentralizar el Estado. No se hizo el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre, decían, de lo que se trata es de prestar el mejor servicio y con la mayor calidad a los ciudadanos, poner la nación al servicio de la gente, eso es lo que debe prevalecer y por lo que hay que desmontar la España, una, grande, y libre franquista. Porque ese era el objetivo: acercar las soluciones de los problemas a los ciudadanos, ¿no?

Se desmontó, pero junto al Estado, la Nación, hoy casi en la indigencia económica en un mundo en el que como bien saben las autonomías el poder se mide en dinero, esa es la pega. «El problema de España -”me decía irritado un importante líder del PSOE, vieja guardia, por supuesto-” es que no tiene padre», en referencia a que no tiene nadie que la defienda porque el gobierno, que es a quien le toca, «pasa». Y de facha, nada. No se trata de recentralizar, en mi opinión, las reformas que para mí necesitan el Título VIII de nuestra Constitución y nuestra Ley Electoral no son para volver al una, grande y libre franquista sino para acabar con tanto abuso del presupuesto como nos ha ido creciendo estos años en las lindes del sistema a cuenta de los impuestos del ciudadano. Que no es un simple pagano a extorsionar a mayor gloria de no se sabe qué vanidades de sí sabemos qué vividores.

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