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Reportaje | nuria gonzález

«Sin pensarlo, volveríamos»

Los miembros de la UME reconocen que lo vivido en Haítí ha cambiado sus vidas

Raúl Gómez, Santos Rodríguez, Alfonso Gómez, Pablo Fernández, Jorge Coto y Marcos Rodríguez.

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León

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El capitán que estuvo al mando de los efectivos leoneses, Alfonso Gómez Campaña, destaca que han regresado con «la sensación del trabajo bien hecho» y conscientes de salir por primera vez a una misión internacional ha sido «un hito muy importante». También queda «la sensación de haber ayudado a la gente, a las familias a encontrar a sus seres queridos y de haber trabajado con otros equipos de numerosas partes del mundo». Sin embargo, todos reconocen que tienen una espina clavada: no haber encontrado supervivientes entre los escombros. Con equipos especiales, cámaras de alta resolución o geófonos intentaban localizar a personas con vida. «Cada día nos levantábamos con la esperanza de encontrar supervivientes porque esa sensación tiene que ser bonita», matiza el cabo primero Jorge Coto.

Rescataron a 30 cadáveres, uno de ellos el de la subsinspectora Rosa Crespo. El capitán Campaña relata lo difícil que es saber el lugar exacto dónde podían estar las víctimas y afirma que la única presión con la que trabajaban era «la de hacer bien y rápido nuestro trabajo».

Durante meses han recibido una formación intensa para poder hacer frente, entre otras, a este tipo de catástrofes. Prácticas que se han acercado, y mucho, a la realidad, tal y como reconoce el sargento primero Pablo Fernández, excepto por algunas sensaciones que sólo se pueden vivir en situaciones como la de Haití. «Aquello era un desastre impresionante; a tocar un cadáver, al olor y al frío de ese cuerpo no te enseña nadie; de eso no hay prácticas», recuerda.

Volviendo la vista atrás, el capitán Campaña recuerda que en la partida había «mucha incertidumbre» por desconocer lo que se iban a encontrar en Puerto Príncipe. Prepararon equipos, material y comida para permanecer allí dos semanas. Acostumbrados a participar en misiones internacionales en otras secciones del Ejército, la primera salida al exterior de la UME servirá no sólo para una experiencia personal sino para comparar y validar su experiencia con la de otros países, «fundamental para mejorar», reconoce el capitán Campaña que explica que, a nivel de rescate, el funcionamiento es muy parecido «pero de todo se aprende». Su compañero, el cabo primero Jorge Coto recuerda algunas palabras de los bomberos de la Comunidad de Madrid: «Decían que aprendían de nosotros».

Precisamente la excelente relación con otros equipos de rescate y el trabajo conjunto es otro de los aspectos más valorados por los militares leoneses. «Ha sido una experiencia única», reflexiona el sargento primero, Pablo Fernández que explicó el trabajo realizado con los bomberos de la Comunidad de Madrid, de Castilla y León o los de Río de Janeiro (Brasil), especialmente preparados para hacer frente a este tipo de catástrofes y con gran experiencia. «Hemos aprendido mucho de ellos», puntualiza, al tiempo que resalta también la gran labor humanitaria realizada por sus tres compañeros del área sanitaria, en el Hospital de La Paz.

Uno de ellos, el cabo primero Raúl Gómez, compara el panorama vivido con los medios avanzados existentes aquí. «Estábamos en un hospital, pero no tiene nada que ver con el concepto que tenemos aquí». Los tres sanitarios leoneses no dudaron ni un solo instante en colaborar con todos los medios disponibles «a paliar el sufrimiento» de los haitianos. Pero si algo no se les podrá olvidar es la «capacidad de sufrimiento y la tolerancia al dolor de los haitianos», tal y como relata el teniente Santos Rodríguez.

A todos ellos les ha cambiado la concepción del día a día: «Cuándo llegue aquí y abrí la nevera se me cayó el mundo encima; aquí lo tienes todo y aún te quejas», recalca Raúl Gómez que recuerda cómo en el momento de atender a los heridos «toda su posesión» era una tabla en la que estaban tumbados o una sábana con la que se tapaban. «Si darle un caramelo a un niño era como darle la vida, ¿cómo vas a ver la vida ahora?», se pregunta.

«Sin pensarlo». Así responden al unísono los efectivos de la UME a la pregunta sobre sí volverían a una misión similar. «Teníamos y tenemos la esperanza de poder ayudar a la gente», concluyen.

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