Diario de León

Cornada de lobo | pedro trapiello

Reserva pies negros

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pedro trapiello
León

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Sobre el cielo de la ciudad, el martes a mediodía, dos reactores de caza -de esos algo gagás que compramos al tío Sam por decreto- tronaron su pedorreo supersónico sobresaltando a la parroquia y espantando a todo bicho viviente. Bandos de pájaros o palomas nublaron el aire con vuelos erráticos y zigzags vertiginosos, como locos iban, como escapando del fin del mundo o de una ofensiva afgana. Los perros en sus casas se escondían bajo las alfombras y dice doña Julita que a su yorkshire le dio una taquicardia que aún le dura y desmejora; vamos, que no le come los frisquis el muy inapetente. Vibraron los cristales de las ventanas (imagínate las vidrieras de la catedral) y hasta las moscas despertaron de su letargo invernal. Más de uno se asustó y exclamó ese ¡ya están aquí! que nos sobreviene en situaciones de pavor al tener ya la memoria bombardeada.

La cosa es que los F-14 que rasearon y rompieron el cielo con su estruendo no estaban en plan de vuelo autorizado o conocido por las autoridades aéreas que gobiernan estos aires y sus pasillos. Debió ser una gracia que la calle no rió. Otra cosa hubiera sido si esos aviones fueran de la malograda Escuela de Pilotos, porque quizá entonces aplaudirían los peatones los rasgones estruendosos que siembran esos aparatos del diablo guerrero.

Si espantó a los pájaros de la ciudad un ruido tan bestial, imagino que no será menor el pánico que sobresalte a la pajarada silvestre y a la fauna cuando esos mismos aviones vayan por el campo voceando al ras su rugido (hay vacas que dejaron de dar leche por mucho menos). Una chochaperdiz pitorrilla que campea en Omaña le ha dicho al alcaraván que el otro día vino del desierto sudanés que no se espante, que tranquilo, que untamientos y yuntas vecinales andan tramitando el declarar la comarca reserva de la biosfera, aunque sigan campando a su bola aviones, minas, canteras y abandonos... y que después vendrá el obispado declarándoles reserva espiritual ... y más adelante llegará la Diputación conveniada con la Junta para declararlo todo ello reserva pies negros , pues así han venido a definir la antropología a sus habitantes por pasarse media historia pisando montes quemados y carbonilla.

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