El pesticida más común en el agua potable provoca mutaciones de sexo en las ranas
Hasta ahora era parte de la rumorología popular, ahora es un hecho científico: el herbicida más común del mundo se filtra en el agua potable, se absorbe por la piel y provoca mutaciones de sexo en los anfibios. ¿Qué hará con los seres humanos?
La atracina, que se comercializa desde 1958, está prohibida en Europa pero fue reintroducida en EE.UU. y otros países hace tres años, cuando la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA) decidió que no se había demostrado ningún efecto nocivo. Ése fue el reto que abordaron los científicos de la Universidad de California en Berkely al estudiar a 60 ranas africanas con garras, de las que una veintena fue criada en agua con niveles de atracina inferiores al límite establecido por la EPA, y por tanto potables para el ser humano. El resultado a largo plazo fue escalofriante. Un 10% de las ranas expuestas a este pesticida común mutó hasta convertirse en algo parecido a una hembra, pese a que todos sus cromosomas eran masculinos. Las ranas afectadas generaron niveles tan bajos de testosterona que incluso llegaron a aparearse con otros machos y a producir huevos de los que nacieron renacuajos, todos machos porque ambos padres aportaban genes masculinos. Su cuerpo produjo un enzima que transformó la testosterona en estrógeno.