El vino entra en crisis

La crisis también ha llegado al vino. Esta bíblica bebida ya no está tan de moda y su consumo cae año tras año en los hogares y en los establecimientos de hostelería. En el último año lo ha hecho en un 10%, un descenso que se atribuye a la crisis económica. Este problema se ha unido al descenso de las exportaciones y a la crisis financiera, que ha cortado los créditos a las cooperativas e industrias vinícolas. El resultado final es que muchas de ellas están a la venta y que el vino sobra en las bodegas.

Los excedentes de las últimas vendimias se amontonan sin tener salida en el mercado y el precio que se paga a los agricultores por la uva apenas compensa los costes de producción. La dramática situación de este sector es especialmente preocupante en Castilla-La Mancha, comunidad que representa el 50% de la producción nacional con sus 600.000 hectáreas de viñedo.

Una solución a corto plazo es que el Ministerio de Agricultura autorice la denominada «destilación de crisis», que consiste en convertir el vino en alcohol para carburantes o usos industriales. El Gobierno de Castilla-La Mancha y las principales organizaciones agrarias lo han pedido. Sin embargo, a medio y largo plazo el horizonte despejado sólo se conseguirá a través de dos vías: conquistar nuevos mercados en otros países y aumentar el consumo interno. José García Carrión, presidente de la Federación Española del Vino (FEV) y dueño del imperio vinícola que lleva su nombre, lo tiene claro: «La comercialización en el exterior es la gran asignatura pendiente de España porque cuando salimos fuera con nuestros vinos vemos que nuestra calidad y nuestros precios no tienen competencia».

Bodega en venta. Casi en paralelo al «boom» de la construcción, la España de los últimos años vivió el desembarco al tradicional mundo del vino de conocidos constructores, deportistas y artistas. Invirtieron importantes sumas de dinero en la creación de nuevas bodegas como un modo de obtener más rentabilidad de sus fortunas.

Ahora la situación ha cambiado y muchas de estas bodegas están en venta o han cerradoUnas mil bodegas son ajenas al sector, es decir, se fundaron en la cresta de la ola de la especulación y ahora están perturbando el mercado.