La Gran Vía apaga cien velas

Los Reyes recorrieron ayer la Gran Vía madrileña para comprobar, cien años después de que Alfonso XIII presidiera el inicio oficial de las obras de esta arteria de la capital, que aquel «sueño de modernidad», como la calificó el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, es una realidad viva.

El centenario de la Gran Vía reunió ayer a la Corona, a políticos de todas las administraciones y partidos y a personajes del mundo del espectáculo, tan ligado durante décadas a esta céntrica calle de Madrid, ayer jalonada de menos cines pero de más teatros. De esta conmemoración quedará para siempre en la Gran Vía un monumento, un plano en relieve de la calle realizado en bronce, que los Reyes, Ruiz-Gallardón y Blanco descubrió en la confluencia con la calle de Alcalá y que durante toda la mañana ha sido buscado y fotografiado por cientos de madrileños y turistas.

Después, Don Juan Carlos y Doña Sofía saludaron a algunos de los miles de personas que llenaban las aceras de la calle y se dirigieron a la Casa del Libro, donde han sido recibidos por el director de la entidad, Ignacio Ugalde.

Tras ver y ojear algunos de los libros expuestos, los Reyes han recibido como regalo la Obra Completa de Miguel Hernández, del que también se cumple el centenario de su nacimiento, ya que Espasa Calpe, editorial propietaria de la Casa del Libro, es la editorial en que trabajó el poeta de Orihuela y que ofreció la primera edición de postguerra de su obra.