Rouco: «Los obispos pondremos más cuidado para prevenir la pederastia»

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, rompía ayer su criticado silencio en torno a los abusos de menores por parte de religiosos y sacerdotes. Los obispos pondrán a partir de ahora «más cuidado» en la prevención de los casos de pederastia, dijo el prelado, «para que nadie pueda pensar que la comisión de tales crímenes pueda ser compatible con el sacerdocio». Lo aseguró Rouco Varela en su discurso inaugural de la XCV Asamblea Plenaria del episcopado español, en el que planteó que los curas abusadores han de responder «ante Dios y la Justicia». «Nos duelen en el alma los graves pecados y delitos cometido por algunos sacerdotes».

Era la primera vez que el máximo responsable del episcopado español se refería a los escándalos de pederastia que vienen minando la imagen de la Iglesia católica y que han salpicado directamente al Papa Benedicto XVI. Antonio María Rouco Varela aprovechó su intervención a ante la asamblea de obispos para pedir responsabilidad penal para los sacerdotes abusadores, al tiempo que defendía a Benedicto XVI, el mismo día en el que se cumplían cinco años del inicio de su pontificado de Jospeh Ratzinger.

Para el cardenal arzobispo de Madrid «es intolerable faltar tan gravemente a la castidad, a la justicia y a la caridad abusando de una autoridad que debería haber sido puesta precisamente al servicio de esas virtudes y del testimonio del amor de Dios, del que ellas dimanan»

Para monseñor Rouco Varela el «remedio» a esa penosa lacra de los abusos «hay que buscarlo en medidas disciplinares y penales». Entiende el prelado que el celibato no tiene ninguna relación con la ola de abusos y que es «un medio excelente de santificación que ha de ser cultivado con las condiciones y los medios señalados por la Iglesia». Ensalzó «la consagración a Dios en el celibato, libremente asumido por su amor» ahora que según él «es puesto en cuestión no sólo por un modo de vida hedonista y relativista, bastante generalizado, sino también por una crítica teórica, sin fundamento, que se opone a la experiencia contrastada de la Iglesia».