El conejo

De Grecia nos va a llegar un pedazo pedo financiero, como nos vino en su día lo más respetable de nuestra civilización. Platón, Aristóteles, Pitágoras o Arquímedes nos enseñaron entonces a pensar, a contar y a que flotaran nuestros barcos. Ahora nos vuelven los griegos, pero en sus ánforas no traen vino de Corinto, ni aceite kalamata, ni en sus bodegas vienen los pergaminos del saber, sino vinagre y emisiones de deuda pública que no valen una cagarruta de conejo. Y traen también un patatús bancario para arrastrar a esta economía nuestra al quirófano de las angustias. Somos los segundos en la lista de espera y nos aguardan cirujanos con serruchos, según advierten todos los observadores internacionales de la economía (y de la madre que la parió, que aún sigue pariendo y es abuela).

Cuando llegaron fenicios y griegos a las costas poco pobladas del culo del Mediterráneo, que era entonces el Levante español, vieron que su litoral era tierra muy poblada de conejos, spanos , y llamaron a todo esto Spán, primero, Spania, después, y rodando el tiempo romano o godo, Hispania (y nosotros, España, así, porque sí, qué pasa).

Los griegos han acudido a España, como a toda Europa, a pasar el cepillo exigiendo el débito conyugal comunitario. Porque sí. Pero aquí ya no quedan más conejos que el de la Loles y uno que, según últimas informaciones, duerme en la chistera del Gobierno. Eso no es lo malo. Lo peor es que los griegos tendrán que rebautizar ahora esta tierra, este cul de sac al que han arribado sus naves a la conquista de un tesorillo. Cuando lleguen, que ya han llegado, verán que no hay conejos, spanos, Spán, ni Spanias, así que al volver a Tebas, ¿cómo llamarán a esta tierra nuestra cuando tengan que contar a los suyos dónde han estado?... ¿qué cosas han visto dominando estos paisajes para rebautizarnos con ellas?, ¿bajo-plásticos almerienses, campos de golf marbellíes, urbanizaciones robando el mar porque ya no les queda otra cosa, huertas murcianas sedientas, corrupciones valencianas, cotos catalanes?... Creo que cogerán el dinero, lo tomarán por limosna, nos echarán maldiciones entre dientes como mendigos de oficio... y a los suyos les dirán que vuelven de Ladronia... haciendo amigos.