Gente de aquí | A Tina, a sus 100 años
La vida siempre comienza
Tina Tascón alcanza su centenario vital, lúcida y entregada a su familia, que la arropó en la celebración con un ramo de cien rosas rojas
Nadie sabe cual es el secreto para llegar a los 100 años; ni siquiera Tina Tascón. Ella ha conseguido cumplir ese centenar de una manera envidiable, no solo por todos esos momentos que ha vivido -”como se suele decir, «lo que habrá visto»-” sino por la forma en la que lo ha logrado, con una fortaleza, una vitalidad y unas ganas de reír que muy poca gente tiene.
Toda una vida merece un homenaje, más si cabe cuando no es una vida cualquiera, sino una como la de Tina. Siempre con una buena palabra y una sonrisa en la boca; da igual el día, ella siempre hace sonreír, ver que a su lado nada puede pasar.
El 15 de abril de 1910 nacía Tina, la hermana mayor de cuatro hermanos. Cien años después y con 3 hijos, 13 nietos, 8 bisnietos y un mar de momentos inolvidables toda su familia y amigos se reunieron cerca de Boñar, su pueblo, para celebrar algo inolvidable.
Entre canciones y vítores celebró su cumpleaños. Por supuesto se vieron lágrimas, pero de felicidad por ver que mamá, la abuelita, la bis o la tía Tina seguía como siempre: lúcida, vital, alegre, preocupada de que los demás disfrutaran de un día irrepetible.
Toda su familia quiso estar con ella en un día como este. Uno por uno fueron hasta ella para regalarla una rosa, que reflejaba cada año de su intensa vida: 100 flores cuajadas, abiertas, intensas. Todos esos «reflejos» quedaron expuestos en un gran ramo de 100 rosas rojas. Cada una de ellas recordaba un instante, un sueño, todas esas ilusiones cumplidas y toda esa gente que la ha querido y la querrá para siempre.
La palabra gracias era la que más repetía Tina. Gracias, abrumada, cuando todos insistían en que a quien hay que darle las gracias es a ella, por estar siempre ahí, por contar esas historias inimaginables, por tener siempre una buena palabra, aunque con solo mirar siempre lo dice todo.
Cien años después, Tina coleccionó un recuerdo más para el álbum de su vida, arropada por el calor y el cariño de su familia. Su sonrisa soplando esas cien velas quedará siempre como una de los mejores fotos para los que la quieren, para quienes lloraron con el vídeo de recuerdo, para quienes plagan las páginas del libro editado por su familia con el título «Toda una vida». Pues que siga; que se abran cien rosas más. Porque cien años después, la vida siempre comienza.