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Gente de aquí | Lo mejor de cada copa

Raúl Pérez mira al frente por el espejo retrovisor

El prestigioso enólogo leonés vaticina un inminente regreso a las costumbres del pasado en la producción vitivinícola

Javier Pérez de Andrés, Susana Travesí, concejala de Turismo y Fito Benéitez, presidente de los sumi

León

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Tenía que hablar supuesta mente de la variedad Mencía, pero a la postre terminó (en la línea habitual) siendo el gran protagonista de la jornada. Raúl Pérez Pereira vaticina un regreso inminente a las costumbres del pasado a la hora de actualizar los usos vitivinícolas de cara al futuro: «No se trata de un cambio de costumbres, simplemente es el final de un ciclo y hay que aceptarlo así».

La intervención del eminente enólogo berciano se convirtió en el centro de la jornada de conferencias profesionales, la segunda sesión de las tres que la Asociación de Sumilleres Leoneses propone estos días y que hoy clausura el ciclo con las finales y la entrega de premios, a la que seguirá una comida de tinte plenamente leonés en la Bodega Regia.

«Los vinos del futuro van a ser un poco más rígidos. Se van a notar más los matices, los «raspones», pero eso no va a significar que gusten menos, sino que van a tener otra personalidad diferente, dijo Pérez Pereira, acompañado en la sesión de ayer por José Antonio Magadán, que habló de El Lúpulo en León , Enrique Garzón Jimeno, cuya disertación se titulaba Los suelos de las denominaciones de origen y finalmente Álex González, director técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Tierra de León, al que correspondió glosar las virtudes de la variedad Prieto Picudo .

«La gente se ha lanzado a la conquista de la esencia del vino y reniega de los sabores que deja la madera, pero no se da cuenta de que a veces es una fórmula más para eliminar los defectos», explicó Pérez Pereira.

La variedad Prieto Picudo es «la adaptación española de la Cabernet Sauvignon y como regalo del cielo que es, hay que aceptarla, porque te puede gustar más o menos, pero desde luego, el único lugar de España donde puedes encontrarla es aquí, en León». En lo tocante a la variedad berciana por excelencia, la Mencía «que trabajan al menos la mitad de las bodegas de El Bierzo, cuando hace una década nadie se lo podía imaginar», explicó que por sus características da la sensación -"para el que no la conoce-" de que sirve de poco por sus peculiaridades de acidez y carácter afrutado, pero luego hace unos vinos excelentes.

La jornada de ayer se completó con cuatro catas técnicas de cafés, aguas, aceites y chocolates y desde media tarde, los participantes tuvieron la oportunidad de tomar parte en un recorrido gastronómico y cultural que permitió recorrer los principales puntos de la capital para terminar con una cena de pinchos innovadores en León Innova.

«Esta provincia no tiene nada que envidiar a otras de Europa donde se producen grandes vinos, como puedan ser las de Borgoña o Burdeos en Francia», explicó Raúl Pérez. «Las diferencias las marca la climatología y la geografía de cada lugar, básicamente».

«Hay que estar a la novedad. Hace una década nadie hubiera podido imaginar que la cocina que iba a triunfar sería la de Ferrán Adriá, por ejemplo. Pues esto es igual».

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