Cosas de aquí | Un chapuzón histórico
El último baño de Santo Domingo
El consistorio empezará mañana a desmontar la fuente, después de aplazarlo por la posible celebración de hoy
La fuente de Santo Domingo tiene hoy la oportunidad de albergar su última celebración.
Santo Domingo se dará hoy su último baño de masas, si España gana el Mundial. Una fiesta de despedida para la fuente que se bendijo como «una de las más vistosas y bonitas de cuantas existen en capitales de provincia», como anunciaba el 4 de octubre de 1962, víspera de la inauguración, el periodista Félix Pacho Reyero en el Diario. Casi medio siglo que empezará a desmontarse mañana, según la previsión del Ayuntamiento, que había programado el inicio de los trabajos para esta semana pero pospuso sus intenciones después de la victoria de la selección el miércoles.
El indulto -”amén de la actuación de Patrimonio-” no cabe en un proyecto municipal que apuesta por la reurbanización completa de la plaza y la sustitución de la histórica fuente por otra, que estará colocada entre Botines y el antiguo casino. La decisión cercena uno de los ejemplares de la saga de «fuentes luminosas» que diseñara en la década de los años veinte Carles Büigues i Sans, a partir de la colocación de piezas de cristal y motores eléctricos con los que iluminar los chorros de luz. Infraestructuras faraónicas en un principio, como la que coronó la Expo de Barcelona de 1929, pero que desde la década de los cincuenta, tras la vuelta del exilio del arquitecto catalán y la creciente demanda, se extendieron por ciudades de provincias, como relata el historiador Alejandro Valderas, quien cita que este modelo también lo tiene la fuente de Guzmán, de 1964.
Poco o nada queda de la estructura original interna amparada en una potencia de 60 kw, una potencia hidráulica de 90 cv y un caudal de 320 litros por segundo, que obliga a que cuente con un depósito subterráneo para retroalimentarse. Las sucesivas averías y los avances técnicos limaron el ingenio que iluminó Büigues; responsable también de la iluminación de la Cueva de Valporquero que se fijó en las postales turísticas de los años sesenta, como recuerda Valderas, quien en la anterior mandato municipal intentó sin fruto promover la nominación de la fuente como «elemento protegido».
Si hoy se mete ahí, recuerde que es un baño histórico.