Diario de León

Cornada de lobo | pedro trapiello

Con la Sara

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pedro trapiello
León

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Puto fútbol, bendita pelota, sagrada patada de gol, opio divino contra crisis y quebrantos, asunto nacional y lo demás ya no es asunto... renace la patria... pero voluble y sentada, cosa de grada y de sofá... viva er fúrbol... lo domingo por la tarde é la mejó de mi afisione... me guzta er fúrbol... ¡ssspañá, ssspañá!... ozú, qué ardore... métela ya, pisha, métela ...

...y claro que te meten doblada o cuadruplicada esta selección hasta en las revistas del corazón y en las tiendas de bragas donde las dependientas están hasta las tetas de tener que vestir la camiseta roja porque la jefa lo ha impuesto imitando el patriotismo de la cafetería de al lado... o quizá porque tenía gran visión profética aquella canción de guajes que berrábamos en las excursiones a Corias y Lastres: Dicen que van a poner un ferrocarril a Mieres para transportar carbón pa calentar les muyeres. Pa calentar les muyeres ya non fai falta carbón, se calienten elles soles viendo xugar al balón ... lo consigna Sócrates Valdueza: nunca antes se vio tanta mujer en gradas y peñas de bar con birra en calderos... ni se vieron tantos futbolistas en la publicidad de cosméticos despelotándose y arrimando el material al morrito relamido de las lectoras... ni tanta sociología futbolera engordando noticias y épicas con lo que sea... vuelven a insistir, por ejemplo, en que las victorias en el campo se reflejan después en la cama y en la natalidad... vale, si lo dice la estadística... lo sabremos en marzo, nueve meses después de que Puyol violara la portería alemana con un genial cabezazo de carnero.

Supongamos que fue así, que el día de autos, san Fermín presente, le entró calentón al berraco español y se fue a la cama con dobledosis de euforia y cañas dispuesto a cumplir a la parienta y a darlo todo, pese al pedo y a la fatiga conyugal ... y aprovechando la calora infernal que hizo esa noche, resolvió la faena con algo más de aliño, pero a oscuras, María, que las bombillas dan calor... con lo que el tío vago y guarro pudo hacérselo pensando en Sara Carbonero... no fue el único... su mujer se ensoñaba con un deseo que era una orden: métela, Villa, qué maravilla... san Iker lo entenderá y perdonará, pero con la Sara vamos todos y con el Urbaneja, sólo sus dos pelotas.

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