Dios contra León

Si el Papa otorgara indulgencias (las mismas que se daban a los cruzados) a todos los que atacasen al Reino de León, nos asaltarían dos temores: ¿cuántos y quiénes se apuntarían?... y ¿qué haría el clero de aquí y la arrodillada paisanada cazurra, católica, apostólica y romana?...

Estas preguntas tuvieron que hacérselas cuando el papa Celestino III animó en 1191 a que invadieran León a sangre y estopa excomulgando al rey leonés Alfonso IX por casarse con su prima la portuguesa... o sea, Dios lo quiere y el Papa lo rubrica: que violen a León por delante, por detrás y por el oeste... también excomulgó su sucesor Inocencio III al rey leonés cuando pactó alianzas repugnantes con los moros (cuánta traición), casándose además por peteneras con su sobrina castellana (Berenguela se llamaba el incesto y cinco hijos la hizo)... y es que lo mismo que atacaba con encono a Castilla, con encoño se metía después el rey leonés en su cama... o se humillaba besando la mano del rey castellano para que le hiciera caballero y al día siguiente podía montarle una guerra de mil pares... ¡qué rey tan curioso este Alfonso inventor de democracias en la punta de una lanza!... ya ves, invitó a unas pocas ciudades a sentarse en su dictadora curia real, porque necesitaba agónicamente ordeñarles sus dineros al verse abandonado o traicionado por su nobleza, y ahora podemos sacar pecho creyendo a pies juntillas la publicidad miniada de que fueron las primeras cortes parlamentarias de Europa, del mundo entero y de todo el extremo sur de la galaxia de Orión.

Este Alfonso ensalzado en pellejo o adorado en bronce tuvo veintidós hijos (bastardeó lo que quiso) y a todos les enchufó tierras, privilegios o títulos; muy democráticamente , por supuesto. Su palabra de honor duraba poco; pactaba y rompía acuerdos con vicio; ¿fue lógico que árabes, portugueses o aragoneses le apodaran «El Baboso»?

Nos empeñamos hoy en reinventar el honor leonés con estatuas, congresos y tipos así. ¿Ha de dárseles cabezada? Un poco de memoria histórica en esas cunetas no se soportaría. Un caso: si le excomulgó dos veces, ¿por qué la Iglesia enterró a ese rey con todo lujo y honores en la catedral de Santiago y allí le tienen glorificado en piedra?...