Diario de León

Cornada de lobo | pedro trapiello

Nos matará el sol

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pedro trapiello
León

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El agua es la razón primera de la existencia, pero no sería nada sin el sol, el astro rey que la fecunda, ese dios que se levanta cada mañana para gobernar los días y que tiene en la mesita de noche su espejito, la luna. Agua y sol dan la vida y, sin embargo, paradójicamente, esconden en su soplo divino la muerte más infernal y atroz. De agua se muere en Pakistán y de sol ardiente en Rusia. Puestos a matar, no hay nada mejor que la pantanada de un diluvio o un tsunami... y el incendio que carboniza o esa lava de volcán que todo lo engulle y hace fósil.

El Sol anda últimamente inquieto... e inquietante. Rugen allí tormentas magnéticas. Astrofísicos de todo el mundo hacen sonar alarmas y nos meten el miedo en el culo o en el alma pequeñina: «En la última medición del 20 agosto se observaron cambios en la corona solar que podrían ser peligrosos para nuestro planeta; cuando las enormes explosiones que ahora mismo se producen en la superficie del Sol estén enfocadas hacia la Tierra, el viento solar podría dejar frita la red de comunicaciones y eléctrica, desbaratando sistemas informáticos y satélites». O sea, «no era nada lo del ojo...».

Nunca sé qué hacer con estas sensacionales noticias científicas y algo tremendistas que se sacan de revistas especializadas o congresos y que vienen pistonudas para las sequías informativas del verano; generalmente, me las creo, cómo no, pero acabo tomándomelas a título de inventario, pues no será difícil que dentro de un mes, o en otro congreso, vengan dos astrofísicos y un nóbel interpretando el fenómeno de otra manera y asegurando que los efluvios geomagnéticos que nos van a llover en cascada serán beneficiosos para la agricultura biogenética y milagrosos para todo tipo de reumas.

Amigos del acabóse , profetas mil y resentidos cuyo lema es después de mí, el diluvio están encantados con el notición. «Ya lo decíamos Yo y los mayas: el mundo se acabará en 2012». «Cuando esta Babel informática celebre el día de Armagedón o de Sansejodió, se colapsará el planeta y vendrá la gangrena»... y digo yo ¿volverán las palomas mensajeras y los correos del Zar?...

Teodoro Grajal nunca fue astrofísico, pero no apeó jamás su bisera y siempre dijo « que el sol mata, pardalines ».

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