Cornada de lobo | pedro trapiello
Dilema resuelto
La teoría más sugerente de la creación del hombre por Dios (cada religión tiene la suya y sobran dioses a cada cual más ingenioso) es la que sustenta la fe musulmana. El Islam establece que Alá creó al hombre a partir de un coágulo de sangre. Así la cosa, el pueblo lo entiende muchísimo mejor que si le dicen que Adán nació de un adobe, barro, «polvo eres». La sangre coagulada es un plasma germinal de mil pares de células. Le sobran todas menos una a cualquier investigador zoquetillo de hoy para clonar la criatura que se desee; ¡cómo no iba a conseguirlo Alá en su omnipotencia y sin laboratorios!; con sangre no le hizo falta ni soplar; es sencillo.
Ahora bien, nos preguntábamos en este aula el otro día, de quién o de qué pudo ser la sangre del coágulo que tomó Alá para inventar nada menos que la especie humana. Hombres no había. Necesariamente fue de animal. Pero ¿pez, pájaro o mamón? Mamífero es lo apropiado (también es cierto que hay gente tiburona o muy buitre). Pongamos, pues, mamón, pero ¿carnívoro o herbívoro?... he aquí el dilema aún no resuelto y que está a punto de desvelarse unas líneas más adelante.
Iniciemos los descartes: sangre de paquidermo no es probable (aunque las lorzas de doña Justa admiten la sospecha); sangre de felino no lo parece (que tu cuñado tenga garras es sólo un problema de higiene); sangre de toro es demasiada literatura (y ahora moda política); sangre de cérvido, tampoco (o no nos enfurecerían tanto los cuernos); sangre de caballo ya nos gustaría (pero sólo unos cuantos centauros tienen ferraris o el mamporro de un percherón); sangre de rumiante sí cabría (nuestra condición borrega lo sugiere); sangre de cerdo, jamás (aunque cada día que amanece, el número de marranos crece); sangre de burro gana enteros (gradas y corporaciones están llenas); sangre de oso no es lógico... ¿y sangre de horchata?...
No. Sin duda, tuvo que ser sangre de simio, de un tipo algo gorilón, hervívoro y a la vez carnívoro, que así somos. Fue sangre de gran mono. De esta forma, Darwin tiene razón (descendemos del mono, no te hociques negándolo) y Mahoma también, sólo que se le adelantó más de mil años. ¿Se conciliarían así Creacionismo y Evolución?