Diario de León

Las farmacias tratan de erradicar los productos milagro pese a la demanda

El Centro de Detección del Consejo General de Farmacéuticos propicia la retirada o cambio de publicidad de una veintena de productos milagro en cinco años

Magdalena Sánchez durante una charla a la asociación Doña Berenguela en León.

Magdalena Sánchez durante una charla a la asociación Doña Berenguela en León.

León

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Los dolores crónicos del sistema osteomuscular, la pérdida de peso e incluso las dolencias relacionadas con el estado de ánimo son la diana de los «productos milagro». Pulseras magnéticas, pendientes, dispositivos para inmantar el agua y cremas milagrosas contra la celulitis son los principales formatos de estos productos para cuya erradicación se creó en 2005 el Centro de Detección de Productos Milagro del Consejo General de Farmacéuticos.

Desde entonces, explica la vocal de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticicos de León, Magdalena Sánchez Lozano, este centro ha informado de sospechas de sustancias prohibidas en dos productos lo que motivó su retirada del mercado. Se ha modificado la publicidad incorrecta por parte de los laboratorios en nueve productos a instancias del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos y otros dos a instancias del Ministerio de Sanidad.

Asimismo, se identificaron tres productos que no se ajustaban a la legislación vigente y se han detectado tres productos considerados medicamentos por la Agencia Española del Medicamento y no comercializados como tales.

«Se comenzó con una actividad moderada, pero se ha incrementado el número de comunicaciones», subraya. Para Magdalena Sánchez, uno de los principales efectos de la creación de este centro ha sido «el aumento del conocimiento por parte de los farmacéuticos de las propiedades que se deben asignar a un determinado producto según se comercialice para saber si nos encontramos ante un producto milagro».

La ley permite vender estos productos en diversos establecimientos, incluidas las farmacias. «Pero la realidad es que la farmacia es un establecimiento sanitario de interés público, aunque sea de propiedad privada y como tal se encuentra en condiciones óptimas para detectar la presencia de productos milagro que pretendan comercializarse aprovechando el prestigio que aporta la asociación con la farmacia o con los profesionales que en ella trabajan para hacer creer que determinados productos tienen una fiabilidad que no existe, o al menos no demostrada, por el hecho de que se pretenda distribuir en la farmacia», señala la vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León.

En este sentido, añade, ante la sospecha de un producto milagro «el farmacéutico informa vía colegial y los colegios envían esta información al Consejo de Colegios Profesionales, concretamente al Centro de Detección de Productos Milagro que a su vez comunica la sospecha a la Agencia Española del Medicamento».

Los principales factores que deciden la calificación de producto milagro son que «no producen los efectos que publicitan o al menos no lo demuestran con toda la documentación reglamentaria que se exige a cualquier medicamento o producto sanitario», precisa Magdalena Sánchez.

«Se trata de no permitir el engaño y aunque el centro de detección se ha creado para un funcionamiento continuado depende un poco de lo que nos involucremos todas las farmacias en informar de todo lo que veamos sospechoso», admite la representante de farmacias en el colegio leonés.

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