Una palloza para la promoción y la protesta

Sus rurales contornos contrastaban anoche con las majestuosa líneas del Palacio de Gaudí y de la Catedral. La palloza peregrina entraba en uno de los espacios más nobles de Astorga como peregrina del Camino de Santiago, lo que le confirió la ciudadanía de esta encrucijada de caminos de la bimilenaria Astúrica.

La Cámara de Comercio astorgana llevó a la ciudad esta iniciativa del Ayuntamiento de Balboa como uno más de los actos de su fundación. No extraña entonces que esta singular palloza en la que se proyecta un audiovisual y acoge una representación teatral tiene carácter promocional en una vía especialmente llena de caminantes en el Año Compostelano.

Como símbolo de la sierra de los Ancares, la palloza busca atraer el turismo a la reserva natural a través del elemento más representativo de su patrimonio: la vieja construcción, con origen en la cultura castrense, en la que convivían el hombre y su ganado, en un refugio sin igual para pasar el invierno.

Emblema del medio rural. Pero con su tejado cónico también porta el estandarte de una reivindicación silenciosa, la del medio rural, abandonado, según manifestaba el alcalde de Balboa, José Manuel Gutiérrez de Monteserín. Una protesta subvencionada por la junta de Castilla y León y la Xunta de Galicia, que camina hacia la tumba del apóstol y hacia Finisterre, donde terminará su recorrido; en el abismo de occidente, como si de una metáfora se tratara: precipicio al que, poco a poco, se van a cercando muchos pueblos.

La construcción, abierta, para que el público pueda ver lo que en su interior se desarrolla, es una reproducción fidedigna de las auténticas, con su escaño y su fuego de cocina entorno al que reunirse en filandón, en la que una docena de vecinos de Balboa representan Animal, mineral, vegetal , la conjunción de elementos que dieron vida a la palloza y a los pueblos.